Mi adorable esposo embarazado

Capítulo 19


Iwamoto y yo nos sentamos juntos en el sofá para esperar la llamada de su hermana. Ya pasó un año y hoy es el día en que se anunciarán los resultados del examen nacional para el área de medicina. Iwamoto está mirando el teléfono estático que tenemos en una mesa que está colocada frente al sofá. Puede ser pequeño, pero encaja misteriosamente bien con sus grandes y robustas manos quemadas.

—¿Le di el número mal? ¿Qué tal si está tratando de comunicarse con nosotros, pero no puede? ¿Debería llamarle yo?

—Por favor, cálmate. Solo tienes que darle tiempo.

Iwamoto gime y se rasca la cabeza. Ayer estuvo hablando por teléfono hasta la medianoche. En un momento dado gritó, diciendo: “Voy a descansar mañana así que, en cuanto tengas los resultados llámame. ¿De acuerdo? ¡Llámame!” Creo que la hermana menor de Iwamoto estará bien, pero igual me quedé en casa para acompañarlo… Solamente por si acaso.

Mirando hacia atrás, recuerdo que yo no estaba preocupado antes del anuncio del examen nacional. Tenía confianza en mí mismo y en realidad, tampoco era como si me importara demasiado… Aun así, las cosas son completamente iguales. Comenzando por el día y la hora en que dan los resultados. En el pasado y ahora, el anuncio se hace justo antes de finales de marzo, cuando termina la ceremonia de graduación. Eso significa que todas las instituciones comienzan la orientación para el 1 de abril. En cambio, aquellos que hayan fallado tendrán que reunirse con otros estudiantes del mismo grado para realizar un examen de reubicación en carreras diferentes y en universidades diferentes también.

Por favor pasa. ¡Por favor, por favor pasa el maldito examen!

Oh, aunque en realidad quiero que quede dentro por motivos absolutamente impuros y personales. ¿Puede que Dios no esté de acuerdo si se le reza por este tipo de causas?

Si la hermana de Iwamoto pasaba el examen nacional, quería pedirle que se casara conmigo.


He estado disfrutando mucho de todos estos meses como amante de Iwamoto. Navidad, año nuevo, día de San Valentín y día blanco… A veces pensaba que no había problema en que todas las otras personas se divirtieran y se vieran tan asquerosamente felices mientras yo sufría por dentro, pero también hubiera sido una mentira decir que no los envidiaba y que, en secreto, los odiaba un poco.

Este año estuve completamente libre de ese sufrimiento. Disfruté de muchos eventos cursis por primera vez en mi vida y… En realidad, fue muy divertido estar con él. Estaba enamorado de Iwamoto. Terriblemente enamorado de Iwamoto. Quería tocarlo todo el tiempo, hablar con él, comer con él, ver programas tontos y escuchar canciones viejas a su lado. Básicamente no había ni un solo segundo en que no lo quisiera cerca.

¡Y él también mostraba bastante interés en mí! Un interés genuino en mí.

Un día, me dijo que nunca había ido al centro de la ciudad en Navidad. Jamás había tenido tiempo libre desde que se graduó de la escuela preparatoria.

—Y aunque tuviera tiempo, no quería ir solo.

—Iwamoto volvió los ojos y miró hacia atrás—. Pero dicen que las iluminaciones son hermosas. ¿Es verdad…?

Subí a un tren después de mucho tiempo. Todavía quedaba una semana antes de Navidad, pero la ciudad estaba completamente abarrotada. Todavía teníamos tiempo antes de que comenzara a oscurecer así que entramos en un edificio de moda que parece haber sido realizado por un arquitecto bastante famoso.

Tenía la intención de disfrutar de la estructura única que sube la colina en espiral, con unas escaleras eléctricas perfectas y modernas… Pero me di cuenta de la figura que se estaba reflejando en el escaparate.

Iwamoto es llamativo. Alto, buena postura. Un abrigo militar simple de un corte y costura que parece haber sido comprado en una tienda de oferta.

Le pregunté de inmediato si estaba bien para él comprar ropa en ese tipo de tienda tan lujosa.

Finalmente, la razón por la que yo me sentía más interesado en cambiar mi aspecto era infinitamente por obra y gracia de Iwamoto, me sentí bien al preguntarle y hacerle partícipe de mis nuevos planes.

Iwamoto estaba sorprendido porque nunca había comprado ropa en un lugar así. Pero eso es lo mismo para mí.

Al principio, Iwamoto respondió a regañadientes, pero después pareció estar muy divertido eligiendo prendas por aquí y por allá.

Su belleza consiste en que él es del tipo de hombre que puede disfrutar de cualquier pequeña cosa y sacar un tema de conversación muy interesante de esto.

El empleado también fue cooperativo… No traté de ocultar mi mirada enojada porque, ¿es una buena tienda con empleados bien entrenados o está pegado a nosotros porque Iwamoto está aquí? Probablemente ambos.

Pensé que esa oportunidad no sería algo que se repetiría tan fácil, así que compré demasiada ropa para Iwamoto y le dije que si le preocupaba tanto, podía comprar ropa para mí también… Pero igual él estaba bastante asustado con el precio de las cosas que yo tomaba.

Ha pasado mucho tiempo desde que compré ropa de esta marca y también ha pasado mucho tiempo desde que alguien parece esforzarse tanto por mí.

Apenas pudimos ver la iluminación debido a nuestras compras prolongadas… Pero él estaba de bastante buen humor.

Salí con Iwamoto varias veces más después de eso. Fuimos a un pueblo costero para comer mariscos. Al mar, a las villas cercanas, fuimos a ver una película de acción y participamos en una promoción de “Todo lo que puedas comer”, en un restaurante cercano.

Iwamoto disfrutó de todo esto, todo el tiempo y pensé, que yo era terriblemente feliz cuando él sonreía así. Quería compartir más de esas expresiones.

Después de que la existencia de los HUFA se hizo evidente, el matrimonio entre personas del mismo sexo se volvió muy común sin importar el lugar o el estado de residencia. Además, se tiene básicamente los mismos derechos que un matrimonio entre un hombre y una mujer.

Él es un adulto y podemos casarnos de inmediato, siempre y cuando él esté de acuerdo con eso…

Pero pensé que sería demasiado rápido, así que a mi plan inicial le aumenté tres semanas más y luego esperé a que su hermana hiciera el examen.

La pregunta es, por supuesto, si el propio Iwamoto va a querer casarse conmigo o no.

Claro que sé que todo puede ir mal. Le pido matrimonio, él se niega, yo digo que está bien. Me dolerá, pero estoy preparado para ello…

Me he dado cuenta que Iwamoto no le dice a su hermana acerca de mí. De alguna manera, entiendo la situación.

Su hermano de repente parece vivir con un hombre mayor que acaba de conocer, dice que es su médico y luego le dice que son amantes y luego que van a volverse esposos.

Sería una situación extraña.

Si yo fuera su hermana, definitivamente tendría desconfianza. No podría mantener la calma al presenciar el hecho de que mi hermano no es independiente financieramente hablando y, además, justo antes de un examen importante que puede cambiar todo el rumbo de mi vida.

Para ser sincero, quiero casarme lo antes posible. Quiero hacerlo seguro y legal… Estoy tan emocionado que es peligroso.

Sin embargo, eso también significaba que quería ser respetuoso así que por eso quiero que pase primero lo de la hermana.

Sonó el teléfono.

Iwamoto levanta el auricular y contesta rápidamente antes del segundo tono.

—¡Haruka! ¿Lo consiguió?

—Oh, eso es genial. Estoy tan… ¿Qué dices? ¡Hiciste lo mejor que pudiste, idiota! ¡No te preocupes! ¡Eso es algo bueno! Felicitaciones.

Parece que todo está en orden con ella.

Perdí mi fuerza. Olvidé todo sobre mis exámenes nacionales, pero estoy mil veces seguro de que no estaba tan feliz como lo estoy ahora.

Sin embargo, recuerdo claramente los sentimientos de inquietud antes del anuncio y estoy seguro de que no la tuvo nada fácil.

Iwamoto sigue en el teléfono.

—Sí, oh… Es complicado.

Iwamoto siempre habla sobre un montón de cosas con su hermana así que, esto va a ser largo… Cómo una película con comerciales sobre productos de limpieza.

Fue en ese momento que me quedé quieto e intenté retirarme a mi habitación.

—No estoy seguro de qué decirte porque bueno, ya sabes que estoy viviendo con mi doctor.

Detuve mis pies.

—Sí, ya sé… Pero no quiero vivir con el presidente.

Abrí los ojos… Luego Iwamoto me descubrió mirándole.

Oh, demonios.

—Cállate. Es solo que va a ser demasiado largo para explicarlo justo ahora. Tendrías que venir aquí.

Iwamoto cortó sus palabras por un largo rato y miró un poco hacia abajo.

—Entonces ¿por qué preguntas si ya sabes que estoy saliendo con él?

Mi cara se pone caliente. Mi cuerpo se pone caliente.

Yo me siento caliente. ¡¡Madre mía!! ¿Qué hiciste? ¡¿¿¡QUÉ HICISTE??!

—Claro que me gusta. ¿Por qué saldría con alguien que no? Sí, novio…

—Estuvo en silencio por un rato, y después los fuertes gritos de una mujer se filtraron por el teléfono—

—Oh, no grites. Pensé que ibas a reaccionar de otra manera… ¿Cómo que ya quieres venir? Tienes que estar en los cursos de inducción primero, tonta…

Jajaja él no se enojaría por eso, es muy amable. Sí, también es guapo. Es que no le gustan las fotos. No soy un hombre guapo, definitivamente no soy un hombre guapo.

¡Deberías dejar de alabarme cuando estés hablando con ella!

—¿Sí? Un año… No, todavía es muy pronto para eso.

Un grito se escucha otra vez en el celular.

Iwamoto entrecerró los ojos y me miró.

—Ya, está bien. Tengo que colgar ahora…

No, te hablaré mañana. ¿De acuerdo? Está bien, en la noche. Sí, también yo.

Iwamoto cuelga, ignorando el otro grito desesperado.

—Pues, ya ves.

—Iwamoto bajó las cejas y se rio como si hubiera hecho una travesura—

Igual ya lo presentía, no te preocupes.

Me tambaleo de nuevo rumbo al sofá.

—Lo hiciste bien. Muy casual.

—Gracias.

Iwamoto se secó las lágrimas con el dorso de la mano.

No me había dado cuenta de que había llorado por su hermana… Fue un gesto lindo. Puede que lo suficiente como para enamorarme de nuevo.

—Iba a decirlo antes. Pero si pensaba en mí, no iba a concentrarse en el examen.

Apreté mi nariz.

—Bueno… Yo también he estado esperando a que Haruka apruebe el examen nacional.

—¿Por qué?

Agarré la mano de Iwamoto… De nuevo, era pura improvisación.

—Iwamoto. Es incómodo decirlo ahora, pero…

—Por favor cásate conmigo.


Iwamoto se quedó en silencio a pesar de haber estado muy hablador hace solo un minuto.

—Oh, ya. Entonces eso pasaba.

—¿Eh?

Esa era una respuesta que no me esperaba. En mi cabeza había visto la imagen de al menos tres rechazos y al final, estaba yo en un rincón. Llorando.

—¿Estabas asustado de decirme?

—Pues sí, en realidad siempre existe la posibilidad de un rechazo. ¿No es cierto? Pudiste decirme que amas a alguien más o alguna cosa así…

Iwamoto golpeó mi hombro con una sonrisa más segura que la pregunta que le lancé hace unos momentos.

—Ya lo sabía…

Me sorprendió que me dijera eso. No recuerdo haber sido tan obvio… ¿Me preocupé tanto que resultó siendo evidente? ¿Pudo haber sido mejor no decir nada?

Iwamoto había sido muy consciente de que estaba tratando de ocultar algo, pero él solamente estaba allí. Suspirando con una cara que no podía leer.

—Doctor…

El día que me mudé aquí, estaba frustrado por el dolor que tenía. ¿Recuerdas?

Lo recuerdo bien. Me parece que fue la primera vez que lo toqué…

—En ese momento, el doctor me entregó una bolsa de papel marrón que estaba en mi equipaje. El que estaba lleno de los productos sanitarios.

—Sí…

—Esa era… Justo la bolsa que me diste en el consultorio. Esa vez, no utilicé ningún artículo sanitario. Solo lo guardé y ya.

—¿No lo usaste?

Fue extraño y en realidad me shockeó un poco…

¿Qué no le gustó de lo que le di?

Estaba orgulloso de que pudiera hacer algo útil por Iwamoto esa vez así que, ahora…

—Oye, pero no pongas esa cara.

Iwamoto sonrió.

—Pensé que podrías estar decepcionado de mí y, quería explicarte…

Pero me quedé callado en ese momento porque aún no tenía la confianza suficiente.

—Me acarició la cabeza, así que me moví un poco—

Antes tenía una gran resistencia en obtener cosas de la gente…

Pero resulta que nunca dejé de tener cosas de ti.

El segundo día me trajiste papas asadas.

Es verdad…

Estaba verdaderamente feliz de mi nueva experiencia y cambios así que, cuando regresé a casa ese día, solo se me ocurrió darle papas porque en el restaurante había dicho brevemente que le gustaban mucho…

La figura de Iwamoto, comiendo sin pensar en nada más, era tan linda que las compré muchas veces más después de eso.

—Una vez, cuando caminaba con mis colegas de camino a casa desde el trabajo, el carrito de las papas asadas pasó.

Todos las compraron y se las comieron…

Pero yo me quedé sin dinero y no las compré.

—Iwamoto torció la cara—

Y de pronto ya estabas allí, trayendo papas para mí cada semana…

Eso es verdad también.

Simplemente… Quería complacer a Iwamoto.

Todavía no era completamente consciente de mis sentimientos así que no lo hacía para gustarle.

Yo solo quería ver la cara que ponía Iwamoto al comer.

Quería verlo feliz.

Es peligroso.

Todavía siento que estar con él es terriblemente peligroso para mi cordura.

—Cuando obtuve los productos sanitarios…

Al principio estaba confundido y solo me vinieron cosas bastante extrañas a la mente.

Pensé que tenía que acostumbrarme rápidamente así que, me sentí aliviado de que alguien pensara en mí hasta el punto de comprar todo eso.

—Iwamoto levantó la vista y sonrió levemente.

Parpadea y hace sombras con sus largas pestañas—

En ese momento, el doctor no sabía nada sobre mi situación así que entendía que no me lo habías dado a modo de limosna.

Para ti, solo era un hombre joven, grande y con dolor… ¿Verdad?

Iwamoto bajó la nariz.

—Todos siempre piensan que soy extraño, violento y salvaje…

Pero no fue igual con el doctor.

Entonces pensé que podría no ser un comportamiento exclusivo para mí y pensé que tal vez hacías lo mismo para otros pacientes que se encontraban en la misma posición que yo…

Pero entonces te imaginaba en la farmacia y con tu vecina preguntado sobre marcas…

—Iwamoto frunció el ceño y se echó a reír—

Me preguntaba: ¿Qué está pasando?

Y terminé sin utilizar los productos porque eran especiales para mí…

Es tan estúpido, pero se sentía como lo mejor que había tenido en mi vida.

No puedo decir nada porque mi garganta está bloqueada.

—Cada vez que recibía algo, sentía como que una parte dentro de mí se rompía y luego bajaba de nivel…

Pero no hay ningún sentimiento extraño en las cosas que el doctor me da.

Ahora puedo entender mejor la razón de eso, creo…

—Entonces Iwamoto pensó un poco—

Desde ese momento, te quería…

No lo sabía porque pensé que no me gustaría un hombre jamás, pero se sentía así.

Justo como estar loco.

Intenté no ver al doctor de inmediato para olvidar esos pensamientos, pero cuando me encontré contigo en el servicio de bienes raíces…

Estaba tan feliz que todo lo demás dejó de ser importante.

Iwamoto volvió a tocar mi mejilla.

—Me gustas, siempre te he querido y anhelado tanto que…

Ya sabía que algo así iba a pasar.

Desde el inicio lo supe, que iba a casarme contigo.

Iwamoto me miró fijamente, yo lo hice también.

—Cásate conmigo.

Puse mi mano sobre la mano de Iwamoto, que seguía tocando mi mejilla… Y de pronto él comenzó a reír.

—¡Yuge-sensei llora demasiado!…

No tienes que llorar ahora.

No lo hubiera notado si no me lo hubiese dicho.

Mi mentón está todo mojado.

—Perdón…

Intenté limpiarme a toda prisa, pero las gotas terminaron cayendo sobre el sofá y en mi pantalón.

Él solo consiguió darme un beso.

—Entonces, solamente queda ir a saludar a tu madre para decirle. ¿Cierto?

Entonces, me di cuenta de algo serio.

—Oh …

—¿Eh?

—No lo he dicho todavía.

—¿…En serio?

Lo olvidé, porque me estaba centrando únicamente en la hermana de Iwamoto…

Ni siquiera le dije a mi madre que vivía con Iwamoto o que era novio de Iwamoto o que había conocido a Iwamoto.

Originalmente mi madre no me contactaría a menos que su vida estuviera en peligro.

¡Incluso intenta hacer sus negocios por correo electrónico!

¡Qué terrible hijo soy.

—Bueno, ¿qué clase de persona eres? ¿Querías que yo fuera el único que lo contara?

—Iwamoto estaba más sorprendido que enojado—

Tal vez tengamos que cancelar todo…

—¡No! Lo siento… ¡Ahora! ¡Llamaré ahora!

—Bueno, entonces te veo hacerlo.

—… Sí, está bien. ¿Está bien?


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *