Mi adorable esposo embarazado
Capítulo 14
Unas semanas después, estaba esperando a que Iwamoto saliera del baño. Allí, sentado en el comedor con los dos brazos extendidos. Iwamoto dijo que no iba a trabajar hoy, así que fue bastante conveniente para mí. Parece que la temporada alta finalmente ha terminado…
Esta mañana estaba de buen humor. Han sido unas vacaciones largas, así que cuando regreso del hospital, él ya está preparando la comida.
Como se ha vuelto bastante frío, recientemente ha comenzado a ponerse un suéter marrón que no tiene nada que ver con su personalidad, pero que se ve bien en él.
Me enamoré del hombre riéndose bajo el sol de la mañana, abriendo la puerta y diciendo: “Buenos días”.
Seguramente es la criatura más bella que he visto en mi vida. Nada ni nadie me ha llamado más la atención que él.
Extiendo los documentos sobre la mesa del comedor y miro por encima de los muebles.
Hay un televisor grande que se adapta al tamaño de la habitación y antes de eso, hay un sofá de cuero gris oscuro que es demasiado grande para que lo ocupe únicamente yo.
Siempre nos sentamos muy cerca el uno del otro… En términos generales, no es la distancia normal que se espera entre dos hombres.
Especialmente, estaba el hecho de que era demasiado consciente de él. No pude abordar mis sentimientos a la ligera.
Recuerdo que tercamente, pensé que nos sentaríamos juntos todo el tiempo de ahora en adelante y elegimos este sofá en una tienda de muebles. ¡Qué inocente era en aquel entonces!
Ahora es más abominable que nostálgico.
Me gustaba ver a Iwamoto sentado en este sofá, mirando televisión despreocupadamente…
Sentado en una silla junto a la mesa del comedor, mirando vagamente por la ventana.
Ocasionalmente arruga la nariz y mira hacia atrás mientras se ríe y me habla de cualquier cosa.
Teníamos conversaciones normales, sin ninguna intención o punto….
Su menstruación, que acababa de pasar, fue relativamente ligera, así que tampoco lo toqué.
En realidad, pensaba que ya no podría tocarlo nunca, al menos no con una cara tranquila.
Estaba nervioso, molesto y confundido.
Una vez más, miro los documentos que tengo frente a mí…
Es lo que me pasé varias semanas buscando. Una casa solamente para él.
Elegí algo barato, espacioso, bonito y cerca de su trabajo.
Iba a presentarle la casa y decirle que se fuera de aquí.
De alguna manera, tomar la fuerza necesaria para decirle me llevó casi un mes.
Quizá, había todavía un deseo egoísta de pasar algún tiempo con Iwamoto.
Quiero seguir viviendo junto a él, pero no puedo.
Y estoy tan enamorado que no sé qué voy a hacer con la calidez que permanecerá en la silla, con su aroma fragante que se sentirá cuando se cruce el aire, con la desesperación y los singulares días felices de alegría que no podré borrarme.
Quiero mantener el agua de mi lluvia en el tazón y seguir saboreando de su sensación…
Pero mis deseos solo aumentarán.
Tenía sueños sobre él casi todos los días.
Cuando me bañaba después de él, estaba emocionado de ver la ropa que se quitaba, metida en la cesta.
¿Qué iba a hacer sin el sonido de la ducha?
Sin el sonido de un futón en su habitación…
Mis oídos tratan de guardar esos momentos, mis nervios están persiguiéndolo.
No es bueno para él o para mí seguir viviendo en este estado.
Soy un cobarde.
Él sale del baño.
Ahora se está cambiando de ropa así que vendrá aquí pronto.
Había muchos utensilios de cocina que ni siquiera sabía cómo utilizar.
Una olla a presión roja, un procesador de alimentos, un escurridor de vegetales…
Iwamoto me había pedido todo eso un día, así que lo compré.
La comida de hoy fue deliciosa.
Me dijo que había aprendido de la esposa del presidente y que ahora iba a cocinar carne de cerdo todos los fines de semana.
Simplemente, puedo tirar todas las cosas de este apartamento. Olvidarlo… ¿Puedo olvidarlo?
Mi mano se estiró involuntariamente. Agarré el papel, los folletos.
Los documentos están arrugados y distorsionados.
Todavía puedo… Tal vez no es muy tarde para…
—El baño está libre, doctor.
Sin embargo, en el momento en que vi la cara de Iwamoto, me di cuenta de que definitivamente tenía que hacer que se fuera.
—Eh, doctor. ¿Qué está haciendo? ¿Todo está bien?
Como de costumbre, Iwamoto camina con la toalla en la cabeza.
Me miró por debajo de su flequillo mojado y abrió la boca.
Parecía honestamente sorprendido por mi aspecto.
¿Qué tipo de cara tengo ahora?
Inesperadamente, no puedo mirar directamente a los ojos de Iwamoto.
—… ¿Doctor?
Pero estoy decidido.
—Quiero hablar un poco contigo, Iwamoto.
—Oye… ¿Qué es esto?
Iwamoto casi choca su mano contra la mesa y toma el papel que yo mismo arrugué.
—Es una propiedad.
Iwamoto probablemente se dio cuenta de mis intenciones.
Sus movimientos se detuvieron.
—Iwamoto-san…
—…
Iwamoto miró de nuevo los documentos que había recogido, no se movió.
Tiene una toalla en la cabeza y no puedo ver su rostro.
Las gotas cayeron de su cabello negro y se perdieron en sus mejillas.
—Entonces es así. Terminemos con nuestra vida juntos.
Lamento decirlo de repente, pero siento que no está funcionando.
Iwamoto todavía no reacciona.
—Bueno, por supuesto, no significa que tienes que salir de inmediato.
Es… Una casa bastante bonita.
Yo la pagaré.
Se trata de lo que Iwamoto mencionó anteriormente, sencilla y con un baño inmenso.
Está cerca de la compañía de construcción en la que trabajas ahora.
Estaba impaciente por Iwamoto, que permanecía en silencio.
¿Está muy enojado conmigo?
Supongo que eso es lo normal después de todo.
—Ah, no se trata de ti.
Toda tu comida estaba deliciosa, fue muy divertido estar contigo…
Iwamoto-san no tuvo ningún defecto.
Es por mí.
No tengo control de mí mismo y tengo miedo de hacer una estupidez, porque me enamoré de ti.
Maldición, comencé a hiperventilar de nuevo.
—Lo siento …
Al final, me agaché, repitiendo una respiración bastante superficial…
Había pasado ocho horas en una cirugía y ahora me sentía como un niño de primaria anémico, de esos que se desmayan en las ceremonias de la mañana.
Un mal día para decirle que se fuera, definitivamente.
Iwamoto, que parecía torpe y sorprendido, me siguió.
Comenzó a palmear mi espalda.
—Doctor… ¿Está bien?
—Ah, sí. Estoy bien.
—¿Llamo a una ambulancia?
—No lo necesito.
—No es broma.
Si llama a una ambulancia aquí, seguramente seré llevado al lugar en donde trabajo. No quiero que Shimabukuro me atienda—.
Fue un día largo.
—¿Seguro?
—Me curaré después de un pequeño descanso.
—Estoy preocupado de todos modos.
Maestro, sentémonos por aquí.
—Sí, tienes razón.
Fui apoyado por él, me llevó a la sala para sentarnos en el sofá…
No pude levantar la cara.
No importa cuánto lo intente, simplemente siento que no tengo ese derecho.
Iwamoto se paró al lado, me miró, y después guardó silencio un minuto para preguntar al siguiente:
—Doctor… ¿Puedo…? ¿Puedo preguntar por qué quiere que me vaya?
¿Qué le digo?
Realmente no pensé en una buena excusa para él.
Me preguntaba si podría darle una explicación pequeña y rápida para minimizar el impacto de una mentira.
¿Me voy al extranjero? ¿Mi madre viene a vivir conmigo?
Si me niego a decirlo, seguramente me perdonará con una cara preocupada.
Dirá: “Está bien”. Y tratará de moverse muy rápido para no incomodarme.
Va a sonreírme y bromeara conmigo…
Él siempre está un paso adelante de mí.
Es amable y comprensivo.
Seguramente Iwamoto duda de mi repentino cambio de opinión, pero entiende que son cosas que pasan.
Me dirá: “¡Idiota! ¡Debiste decirme que te estaba molestando!”
“Le dije que no era un buen plan”.
Esa imaginación impregnó mi corazón y pensé, que era lo normal para esos casos…
Sin embargo, en el momento en que levanté la cara, la voz apresurada de Iwamoto bajó.
Parecía como si se estuviera ahogando con el aire de la habitación.
—No, está bien. ¡No tienes que decirlo! No lo digas. Lo sé, no es algo que me interese. Jajaja.
Me pregunto si era mi imaginación o ahora era él quien estaba completamente blanco.
—Es por una mujer, ¿verdad?
Entiendo. Vi los condones en el baño la otra vez.
Las palabras de Iwamoto no se sienten bien.
—¿Estás bien?
No tengo novia… Y en todo caso, quiero un novio ahora.
Pero, definitivamente fue un error dejar los condones botados por allí.
—No puedes… Traerla a casa si estoy aquí, ¿cierto?
Jajaja no se puede evitar.
Lo sabía.
Sí, estaba seguro de que algún día pasaría.
Estaba tan sorprendido que olvidé todo por un momento y lo miré.
Se estaba riendo, pero tenía la cara distorsionada.
Igual a qué si estuviera dando lo mejor de sí mismo para no ponerse a llorar.
Parecía doloroso a pesar de sus palabras despreocupadas y sus risas.
Iwamoto suele ser un hombre muy honesto.
Se ríe cuando está feliz y levanta las cejas cuando está enojado.
Vi por primera vez que su discurso y su expresión no coincidían en lo absoluto.
Estaba preocupado… Él no era bueno mintiendo.
Pensé, que lo había roto.
—No, oye. Solamente compré los condones por curiosidad.
No tengo novia.
Fui motivado por el impulso de calmarlo así que comencé a decir cosas que no tenía que decir…
Tanto así, que ya había llegado al grado de una estúpida honestidad.
Iwamoto estaba aturdido.
Las arrugas entre sus cejas desaparecieron por un momento.
Pero pronto volvió a distorsionar la cara.
—Bueno, ¿por qué entonces…?
Yo… Yo puedo dar más dinero. ¿Sabía la comida muy fuerte?
Si al maestro le gusta el sabor ligero, entonces yo… Arreglaré cualquier cosa.
Por favor, dígame.
—No…
Como dije, no hay nada malo contigo.
La comida es realmente deliciosa y estoy muy agradecido contigo.
Me gusta que la prepares para mí todos los días.
Pero…
—Oh. ¿Es por qué me levanto muy temprano? ¿Hago mucho ruido?
Yo… Es difícil guardar silencio y me despierto muy temprano porque duermo antes…
Pero puedo, puedo quedarme encerrado en mi habitación hasta que sea una hora adecuada o…
—Iwamoto…
Oye, Iwamoto.
Me di cuenta mientras le hablaba, que Iwamoto era completamente diferente de lo que estaba esperando.
Sorprendentemente está llorando, me mira y me interroga.
Me sujeta… Parece que va a caerse si no lo sostengo.
No puede soportar que no diga nada.
Yo era un idiota.
Debería haberlo entendido desde un inicio.
Su actitud, su comportamiento y sus expresiones habituales hacia mí.
Parecía que me quería…
Pero no tenía mucha confianza en mí mismo para creerlo con completa seguridad.
Vivía conmigo y estaba a gusto conmigo.
Parecía alegre y divertido.
Temeroso de los cambios en su cuerpo, lloró y luego me mostró una sonrisa sin precedentes.
¿Esa podría ser la respuesta?
Pero igual tengo un horrible pavor.
¿Y si estaba equivocado?
¿Qué pensaría una persona común si un hombre espeluznante como yo va y le dice de pronto que lo ama?
Seguramente tendrá asco.
Incluso si solo siente una amistad genuina hacia mí, tratará de mantener una distancia apropiada para evitar que esto llegue más lejos.
¡¿Qué demonios pienso?!
Él es heterosexual.
Incluso confió en mí como su médico y expuso su parte inferior del cuerpo…
Para él, mi amor seguramente no será más que una traición brutal.
Lo que, es más ¿y si supiera que la raíz de mi amor era un deseo de bajo nivel para tener una sensación de superioridad?
Si supiera que mis acciones fueron débiles y que fui impulsado por el brillante mérito de poder ayudarlo a ser fuerte y hermoso…
Me odiaría.
Él no sabe mucho al respecto, solo quiere seguir viviendo conmigo.
Es un niño y está asustado porque se está quedando solo.
Yo quería llorar también.
¿Por qué no puedo estar satisfecho con su amistad y esta confianza genuina?
Claro, yo sé la respuesta.
Porque me muero de hambre por él.
Nunca he sido querido por alguien más que por mis parientes y no sé qué tan lejos debería moverme.
No sé cómo detener mi deseo.
—Iwamoto.
—De repente bajé el tono de voz, así que Iwamoto cerró la boca—.
Te diré por qué ya no puedo vivir contigo.
Ya no hay necesidad de que guarde mis palabras para mí.
Me senté en el sofá.
Inhalé y exhalé a lo grande.
Era demasiado difícil decirlo mientras lo miraba a la cara.
—Me gustas, Iwamoto. Estoy enamorado de ti.
—He soñado con Iwamoto muchas veces…
Un sueño sexual, sobre la vez en la que te hice el chequeo con la sonda.
—Oh…
—Recientemente me di cuenta de eso.
Cuando le dije a Iwamoto que compartiera casa conmigo, aún no me había puesto a pensar en la profundidad de mis sentimientos.
Juro que es verdad.
Iwamoto suspira, como si se calmara.
—Honestamente, soy virgen.
Aunque soy bastante viejo y tal vez no me creas, prometo que no te estoy mintiendo.
No lo sabía antes porque nunca investigué ni experimenté.
Jamás me gustaron las mujeres, porque parece que soy absolutamente gay…
Y no tiene mucho tiempo en que descubrí que me gustabas bastante.
Si hubiera sido un poco más consciente en eso no te habría invitado a vivir conmigo tan a la ligera.
Fue mi culpa.
Lo siento mucho.
Él parpadea, pero no dice nada todavía.
Ahora está temblando, pero pienso que es por el hecho de saber que vivió desprotegido con un hombre que tenía deseos sexuales por él.
Incluso puede pensar que es horrible.
—Esta es la verdad así que… ¿No hubiera sido mejor si no preguntabas?
—Finalmente me reí a carcajadas.
Por supuesto, intentaba burlarme de mí—.
Disfruté mucho viviendo con Iwamoto.
Fue realmente … Como estar en el cielo.
Sin embargo, tan pronto como lo dije, comenzó a llorar con mucha fuerza.
—No digas eso…
—Siento que ya no puedo soportarlo. Lo siento, no pude decirlo de inmediato porque tenía miedo—.
Ahora estaba mirando mis pies, pero mi cabeza estaba llena de Iwamoto.
De su sonrisa, su voz, su olor—.
Estoy feliz de haberlo hecho.
No es tan terrible como pensé…
Incluso resulta que se siente bien.
Respiré hondo de nuevo.
Este no es mi único pecado.
—Me alegraba bastante de que tú, que no podías aceptar el hecho de que eras un HUFA, no tuvieras a nadie más en quién confiar que en mí…
Por supuesto, tampoco podía soportar la situación en la que aparentemente vivías con varios hombres de tu trabajo.
—Lo miré, esperé a que me golpeara por ser tan egoísta—.
Esta condición, el cuerpo y la situación social de Iwamoto-san, fueron todos convenientes para mí.
Estaba satisfecho con tu mala suerte, porque eso significaba que definitivamente vendrías corriendo a mis brazos…
Hablé de nuevo, me sorprendió mi propia vergüenza.
—Soy la peor persona…
Pero en realidad, aun así, no quiero que me odies.
De repente, sin que me diera cuenta, se arrodilló frente a mí.
Tocó mi pierna y me hizo levantar la cara, aunque no deseaba hacerlo.
—Doctor, eso… ¿Es en serio?
La cara de Iwamoto estaba frente a la mía.
Su gran mano caliente acomodada en mi regazo…
Iwamoto, ahora en cuclillas, me miraba con la toalla todavía en su cabeza.
No había asco en él y no entiendo por qué.
¿Por qué me está tocando en primer lugar? ¿No te sientes incómodo?
—Doctor, ¿Te gusto?
Asentí con la cabeza varias veces.
—Me gustas.
Las manos que sostienen mis rodillas se vuelven más fuertes.
Iwamoto dijo entonces, con una voz tan pequeña que podría entenderse incluso como dolorosa: “Yo también”.
—¿Qué…?
—Me gustas.
Finalmente, mi cabeza entiende el significado de las palabras que acaba de decir.
Me sentí furioso.
¿De qué demonios está hablando este hombre?
A diferencia de mí, seguro que tiene una sólida experiencia heterosexual.
¡Y es un heterosexual perfecto!
No hace falta analizarlo para darse cuenta de eso.
—No lo creo. A ti te gustan las mujeres. ¿No es verdad?
—Así es, pero si se trata del doctor… Vaya, qué problema.
—¿No me escuchaste o qué? ¿No entendiste lo débil y terrible que soy como persona?
Pero me gritó, mirando hacia abajo:
—¡No! Entiendo eso.
El doctor solo quiere que me aferre a él, pero en realidad no es una mala persona.
No recuerdo una vez en la que me trataras mal.
¡Me proteges!
No me gustarías si fueras un tipo que huye de sus problemas, no lo eres.
Y te lo juro.
¡Me has salvado muchas veces ya!
Incluso cuando estabas herido, te enfrentaste a tu jefe y a los doctores también.
Pero ¿sabes qué?
¡Eres un asco tratando contigo mismo!
No es malo no destacarse, ni tener un cuerpo delgado, tampoco es malo decir lo que piensas.
¿Por qué te avergüenzas de lo que eres y te tratas tan mal?
Iwamoto me mira con ojos enojados.
—Pero no sé si las preferencias sexuales de las personas pueden cambiar tan fácilmente…
—Doctor, eres un idiota.
—Bueno, supongo que sí.
—¡Debiste hablar conmigo antes de buscar una maldita casa!
—Pues, Iwamoto-san…
Pensé que ibas a decepcionarte de mí de inmediato.
—¿Entonces por eso te crees con el derecho de ignorar y descartar mis sentimientos como si lo único que importara fueras tú?
—Nunca había visto a Iwamoto tan enojado—.
Entonces ¿solamente tú puedes sentir? ¿Yo solo tenía que aceptar lo que decidieras para mí?
¿Qué tiene de malo que de pronto me guste alguien que es amable conmigo?
No pude responder.
—No me rechaces y no pienses que soy un idiota que no sabe lo que quiere.
También eres un hombre, lo sé…
¿Cuál es el problema?
Yo no soy el primer hombre en querer a otro, ¿o sí?
—Bueno, entonces por favor ven aquí.
¿Por qué dices que te gusto?
¿Qué te hace pensar eso?…
¿O solamente es por qué te estoy amenazando con dejarte?
Iwamoto repentinamente se puso rojo.
—No… No eres el único que tiene sueños extraños.
—Eh…
—¡Es que no fue solo el doctor quien recordó esa prueba!
¡Terminé en el baño, jugando con mi trasero demasiadas veces! ¡Cientos de veces!
Mi cabeza se volvió completamente blanca ante esa escandalosa confesión.
¿Ahora qué dijo? ¿De qué hablaba? ¿Su trasero? ¿En el baño?
¿Esa larga declaración tiene el significado que yo creo?
Mientras tomaba una ducha caliente…
De repente pensé en Iwamoto insertando sus dedos profundamente en su trasero.
Dios.
Iwamoto, en mi imaginación, siempre me estaba llamando sin aliento.
¿Cómo será entonces el real?
—Pero luego compraste condones y pensé, que definitivamente podrías tener una amante.
Estaba realmente triste, pero ya que nunca los ocupaste, yo…
Necesitaba consejos así que…
¿Qué está…?
¿Fue esa cita para hablar una consulta de amor?
¡¿Fue a hablar de mí mientras yo me estaba muriendo de preocupación y enojo?!
—Entonces… ¿Me crees?
Tengo pensamientos mezclados corriendo por aquí y por allá.
Sobre mis propias cosas, y lo que acaba de decir, lo que hizo, lo que hice, mis debilidades.
Pero todo era algo bastante brumoso y al azar.
Iwamoto está justo en frente de mí, mirándome.
Hay un cuerpo caliente, diciendo que le gusto.
Ese es definitivamente mi límite.
Porque yo…
—Quiero tocarte. Por mucho tiempo …
—Siempre quise tocarte.
Te desee como no tienes idea.