El favorito del Rey Dragón
Capítulo 7
No hay mucho que hacer.
Aunque me dijeron que tratara de entretenerme, el Castillo de Shirasagi ciertamente no tiene muchas cosas interesantes. Me gusta estar limpio, así que a menudo me quedo en el calor de los baños de piedra caliza. Durante el día, Ryuo atiende otros asuntos y las ranas dicen que están muy ocupadas como para jugar conmigo.
El día después de mi primera visita a Lütbya dormimos juntos porque el rey dragón parece estar lo suficientemente cansado como para tocarme de otra manera.
Me entretenía asistiendo a la biblioteca todos los días.
En los ocho mundos gobernados por Ryuo, parece que los libros escritos diariamente se copian y se transfieren automáticamente aquí. Hay una gran cantidad de colecciones y tomos. Muchos libros, manuscritos, de finos a gruesos, llenan el piso desde los pies hasta el techo alto. El final de la biblioteca no es visible. Las ranas me recomiendan que no vaya tan lejos porque no sabrán qué hacer si me pierdo. Qué angustia. ¿Qué tan grande es? Hay escaleras deslizantes en los estantes, los que puedes ver en una gran biblioteca de Japón… Pero hay demasiados números y no sé de qué se tratan los títulos, así que siempre estoy hojeando. Leo solo el comienzo de un libro y el final. Si está interesante, lo quito, me lo llevo a la habitación y lo leo atentamente.
Cuando estaba en Japón, no recogía voluntariamente novelas y revistas, y no me gustaban mucho los libros. Matar tiempo en casa se trataba exclusivamente de ver algún programa de televisión. En los días en que no hablaba con nadie, miraba los concursos, los programas de variedad, escuchaba chismes en la pantalla y me reía para quitar mi soledad. Si quería disfrutar de una historia, agarraba algún manga y los leía con efectos de sonido y líneas y jugaba a que yo era el personaje principal de la historia.
Aquí, las novelas y los periódicos eran del tipo que me hacía quedar dormido mientras leía, no hay cómics en este mundo y por supuesto, no hay televisión ni juegos.
Entonces decidí leer libros diferentes. Ilustrados, para intentar ver un poco de los ocho mundos que Ryuo reinaba. Después de todo, hay muchas criaturas que nunca he visto, y la palabra “maldición mágica” aparece como algo natural. Dado que el texto se traduce para que pueda leerlo, hay partes que no existen en japonés y que no entiendo. Pero es mi nuevo pasatiempo hacerlo así.
Leer varios libros hasta que Ryuo se canse de mí y luego, me vaya a un campo a morir.
Me sorprendió cuando Ryuo comenzó a hacerme preguntas en mi habitación en un momento que aparentemente era para descansar y relajarnos un momento.
—Mi niño, ¿te gustó Lütbya?
—No lo sé…
Hoy, parece demasiado decidido a acariciar mi cuello y mi pecho sin quitarme la ropa. Tengo ahora los pezones débiles así que, tan pronto como comienza con su sesión de toques desesperados, mi cuerpo se calienta y se enciende el interruptor de lo erótico. Me siento indefenso si me lame y me muerde… Pero es bastante dulce también, y es delicioso cuando lo hace lento. Es viscoso, se siente bien incluso cuando no hace gran cosa.
—Ah… Ryuo sama… No me toques…
—Si te gusta… No mientas.
Me lame con la punta afilada de su lengua y cuando me chupa, un intenso placer se extiende desde el pecho hacia todo mi cuerpo.
La parte bajo mi cadera se calentó sin mi permiso y mi pene se levantó gradualmente ante sus atenciones.
—Cariño, no me respondiste.
—¿A qué…?
—¿No te gustó Lütbya?
¡¿Por qué hace preguntas cómo estas cuando intento concentrarme en el placer?!
—Por favor, tienes que decirme… Te veo más silencioso que de costumbre y ni siquiera vienes a comer conmigo. Estoy muy preocupado. Escuché que te la pasas leyendo en la habitación…
—… ¡Dios! ¡¡Espera!!
¡Ya! Por favor. ¡No me muerdas los pezones con una cara tan seria y ante un tema tan delicado!
Mis pantalones de dormir simplemente se atan con un tipo de cuerda delgada. Él la desenrolla y baja la tela junto con mi ropa interior, manipulando mis genitales hasta que emiten un sonido húmedo y profundo. El interior de mi cabeza está dominado por el placer en absoluto decente. No puedo pensar bien, pero él continúa diciendo:
—¿Riku? Por favor dime algo…
Es vergonzoso ser molestado mientras usa una voz tan suave y acaricia mi torso pacientemente hasta dejar mi camisa a medio camino… Es bueno que Ryuo esté tan emocionado como siempre, pero no me pone de humor que quiera investigar sobre mi impresión de un sitio tan desagradable como Lütbya.
—Cariño…
—Mi viaje… Estuvo bien. Pero no soy bueno con las personas.
—Ya veo…
Ryuo, quien parecía muy interesado, de repente dejó mi cuerpo en paz.
—¿Rey…?
—¿Te dan miedo las alturas?
—… Supongo que no.
—Entonces perfecto.
Al momento siguiente, cuando creí que íbamos a continuar teniendo sexo sin la necesidad de abordar un tema tan escandaloso, me cargó y me mudó a una cama familiar en su habitación.
—¡Rey!
—Riku… Es difícil para mí soportarlo, pero será mejor que vayamos a dormir esta noche para poder dar lo mejor de nosotros mañana.
—¿Eh?
La piel del rey dragón, que había estado tranquila antes, está sonrojada ahora. También tiene una cara terriblemente masculina que me da a entender que está en celo nuevamente…
—Honestamente, quiero abrazarte con toda mi fuerza…. Pero tampoco quiero que pienses mal de mí. Estás cansado y yo lo entiendo.
—No… Pero ahora…
Me abrazó, incluso me dio un beso.
—Así que trata de no invitarme con una mirada tan inocente.
¿Qué demonios…? ¡Solo quería sacarme información! ¡¿Qué voy a hacer con mi erección?! Y dijo que teníamos que estar listos para mañana. ¿Qué hay mañana? Sin embargo, mi pecho está expuesto porque mi camisa está completamente abierta y se siente helado debido a la saliva que dejó Ryuo. ¿Qué debo hacer con el vacío que me queda? Mis ojos se mojan. Tal vez comience a llorar… ¡El Rey Dragón es estúpido! ¡Estúpido! ¿Qué le da el derecho a no hacerme el amor cuando se le da la gana? ¡Idiota, idiota! ¡¡Te odio tanto!!
Sin importar si es un castillo de abedul blanco sin ventanas o luz, me despierto naturalmente a cierta hora y me lavo la cara en el baño de la habitación.
Al cambiarme de ropa, de pronto golpean la puerta una, dos veces… Y después entra Kou.
—Oh, señor Tierra. ¿Ya de pie?
—Sí, solo tengo que…
—Te ayudo con tu cambio de ropa.
—¿…Eh?
Era la primera vez que se ofrecían a ayudarme con mi cambio de ropa. Me dijeron que tenía que usar lo mejor que tuviera.
Kou toma algunas prendas del armario y me las prueba pacientemente, aunque hasta ahora parecía estar bien que llevara mi pantalón y mi camisa blanca. Me pone una ropa interior de un material suave y sedoso y después me enfunda en una prenda larga con bordados complicados de oro y plata en seda azul y blanca. Luego, me agrega algunos accesorios delicados como varias pulseras, joyas, collares, pulseras para el pie y otros adornos que emiten un sonido brillante y se complementan con unas sandalias plateadas.
—¿Qué hiciste? ¿Por qué me vestiste así?
—Está bien, no tienes que preocuparte… Sígueme.
Tomando la pequeña mano de Kou-san, me voy con él fuera de la habitación sin preguntarle la dirección o el lugar al que nos dirigimos.
—Ryuo te está esperando —dijo.
Estábamos en una nueva puerta inmensa, más alta que cualquier otra que hubiera visto dentro del Castillo. El piso y el techo se ven más blancos que de costumbre y puedo sentir la ilusión de que estoy flotando. En el centro hay ocho esferas de colores diferentes moviéndose en el aire y el rey dragón, en forma de dragón, está allí junto a Seki-san y Sei-san.
—Mi niño. ¿Dormiste bien anoche? ¿Cómo estás hoy?
El rey dragón se precipitó de inmediato para frotar la cabeza contra mi cara. Sus escamas son suaves, por lo que no duele… En realidad, solamente puedo preguntarme: ¿Cómo demonios haces esa pregunta después de dejarme erecto anoche? Mi ira vuelve a encenderse. El vacío y el resentimiento de anoche se repitieron en mi cabeza y de repente apreté mis puños, pero él, con sus grandes ojos llamativos y su voz dulce diciendo: “Oye, ¿Dormiste?”. Me hicieron sentir débil y torpe.
—Dormí bien.
—¡Me alegra tanto! —Ryuo, quien mostró sus dientes puntiagudos y brillantes en una mueca feliz, me miró mientras sacudía su largo cuello de un lado a otro—. Por cierto… Estás hermoso. Tu apariencia habitual es bonita, pero estás vestido con un traje que te favorece demasiado.
—Oh… Gracias.
¿Esto se ve bien en mí? Es un traje nacional usado por la gente de Lütbya así que…
—Mira para esa dirección, cariño. —Los dedos afilados de Ryuo-sama se levantan y apuntan a una de las esferas que están junto a su cola. Es una esfera de mármol con una compleja mezcla entre naranja y arena—. Este mundo es Lütbya.
—Lütbya…
Los ocho mundos que Ryuo reina. Ocho esferas delante de él. ¿Sus deberes se basan en mirar y gobernar el mundo desde esta sala? Sin embargo, ahora que estoy acostumbrado a su presencia y a la extrañeza de este cuarto, más que apreciar las esferas y la idea maravillosa de los mundos flotando frente a mí… Pienso que el rey se ve lindo hoy. Es una belleza divina y perfecta siempre, pero en forma de dragón es adorable.
—Ahora vámonos.
—¿Perdón?
—Ya escuchaste.
Seki-san, Sei-san y Kou-san, suben al lomo del dragón y comienzan a ajustar un inmenso arnés con cinturones negros, desde el cuello de Ryuo hacia las patas de atrás. Incluso pasando por su cola.
—¡De ninguna manera!
—¡El humano se resiste!
—¡Se resiste!
Inmediatamente después de ser atacado por seis pequeñas manitas y una suave sensación similar a flotar sin control, descubrí que ya estaba montado en la espalda escamosa del rey dragón.
—¡Madre mía!
Hay una rienda fija que pasa por la aleta dorsal del dragón, así que puedo enganchar mis piernas firmemente. Las riendas son cortas y bien apretadas. Puedo ajustarme, moverme, estoy protegido… ¡Pero maldición!
—Tierra, debes sostenerte firmemente.
—… Sí, ¡Por supuesto!
Las alas plateadas del dragón, se extendieron detrás de mí hacia ambos lados.
¡Maldición, maldición, maldición, maldición! Lo vi por primera vez cuando nos conocimos, pero era verdaderamente grande. Inmenso…
Cuando sus alas quedaron completamente a la vista y comenzó a hacerlas subir y bajar, me di cuenta de que él y yo estábamos rodeados por una luz con todos los colores del arco iris.
—Rey Dragón. ¡Tenga mucho cuidado!
—Rey Dragón, Tierra. ¡Cuidado!
Dejando atrás las voces de las ranas, Ryuo y yo saltamos a la esfera de mármol naranja y arena frente a nosotros.
Había un cielo completamente azul delante de nosotros.
—¡Vaya!
¡Estoy volando en el cielo! ¡Montando en la espalda del Rey Dragón!
—Riku, ¿no es difícil respirar? Si elevo demasiado la altitud, parece que los humanos no pueden soportarlo… ¡Por favor si algo está mal dímelo de inmediato!
—No, está todo bien.
Su voz parece resonar en mi cerebro, no lo hace directamente. Por otro lado, mi respuesta parece haber sido captada por Ryuo de inmediato, incluso si no fue dicha en un tono alto. Mirando hacia arriba puedo notar que hay sol y muchas nubes.
Ciertamente, cuando sube más de lo necesario el aire se vuelve delgado y es difícil tragarlo. Supongo que intenta hacer un vuelo lo más bajo posible para que yo pueda disfrutar sin sentirme mal. ¡Incluso la velocidad a la que va no es tan rápida! Siento el viento golpeando, pero no es incómodo.
Hay también, una sensación infinita de seguridad. Sé que Ryuo no me dejaría caer nunca. Volar en el aire sobre la espalda de un dragón mientras se es golpeado por un viento moderado… Parece una escena de una película animada o de un juego de vídeo. ¡Pero lo estoy experimentando ahora!
—Riku, mira hacia adelante. Debajo de nosotros está la ciudad de Lütbya.
—¿Es así?
El cuello del rey dragón baja ligeramente y sus alas giran para cambiar de dirección. Yo también me apresuro y tiro de las riendas con gran esfuerzo sobre mis muslos para evitar hacerme daño… Un amplio paisaje urbano se extiende entonces varias decenas de metros más abajo. En el centro de la ciudad, un palacio magnífico y un templo brillante aparecen casi por arte de magia. Ambos son demasiado grandes en comparación con los edificios circundantes, por lo que inmediatamente me di cuenta de que no estaba familiarizado en absoluto con la cultura de Lütbya o con su poderío, sin importar cuántos libros ilustrados revisara.
Las carreteras irradian desde el palacio y el templo hacía todas direcciones y el paisaje urbano me parece una fusión entre Europa y Asia del Sur. La gente que caminaba por la ciudad se detuvo, comenzó a mirar hacia arriba y después soltaban una voz sorprendida y emocionada que me pareció graciosa. Incluso apuntaban con sus dedos.
Lütbya significa “Un país que ama a un dragón”. Así que me pregunto si tienen una especie de fe profunda en el rey dragón. ¿Lo veneran igual que lo harían en mi mundo? ¿Cómo si fuera una deidad?
—Este es el lugar más pacífico de los ocho mundos que gobierno. El castillo de Shirasagi y Lütbya están estrechamente relacionados el uno con el otro, pero no hablo directamente con los humanos de aquí. Me brindan oración y sus deseos en el santuario del templo… Pero si tienen algo urgente que decir, siempre mando a Seki para que los pueda escuchar.
—… ¿Eh? Ryuo-sama, ¿llamaste a Rojo, Seki?
—Ese es el apodo que le diste.
—Sí… Lo es…
—Las ranas nacieron al mismo tiempo en que yo nací. No tienen un nombre porque eso no es importante para ellos, es su trabajo servirme y nada más. Los distinguía por color, todo el tiempo… Pero ahora que Riku los nombró, pienso que sería muy grosero que volviera a referirme a ellos por la apariencia de sus túnicas.
—Vaya…
—Ryuo significa “Dragón”, ¿sabías…? Por lo tanto, no siento que tenga un nombre único o especial del cual estar orgulloso. Riku y las ranas, tienen mucha suerte.
Antes de que pudiera pensar en algo razonable que responder, las alas de Ryuo revolotearon y se alejaron de la ciudad de Lütbya. Mientras me preguntaba a dónde iba a ir ahora, el desierto se extendió desde la capital periférica y desde mi lugar en el cielo, pude ver oasis dispersos y una que otra planta solitaria. A medida que continuamos, el verde aumenta repentinamente. Es un bosque seguido de una cadena de montañas. Hace más frío que cuando estaba volando sobre el desierto y también había algunas aldeas y casas más simples de las que vi en la ciudad capital.
Es extraño, pero mi estado de ánimo ya está mucho mejor.
Estoy montando un gran dragón, volando para observar el mundo desde el cielo. Es muy divertido haber pasado de un chico de secundaria lamentable que vivía en una zona residencial aburrida, a alguien que está conociendo cosas verdaderamente hermosas y coloridas. ¿Hay algo por lo que no esté entusiasmado? Puedo ver el paisaje debajo y después, pasar por el chapoteo de una cascada con un gran arco iris brillando justo en medio.
¡Qué maravilloso es!
La luz solar y la atmósfera emitida por la naturaleza son agradables y a medida que respiro más y más, puedo ver que mi cuerpo es más y más feliz. Disfruté del paisaje un momento más y al instante siguiente abracé al dragón del cuello para mostrarle lo infinitamente agradecido que estaba con él.
Hay una pequeña vibración … Siento que Ryuo comenzó a reír por algún motivo.