El favorito del Rey Dragón
Capítulo 6
Las vidrieras que representan la figura de un dragón blanco se iluminan en la pared del fondo para permitirnos viajar. Si cruzamos desde el castillo de Shirasagi a Lütbya, la rana dijo que irremediablemente tendríamos que ir al templo que consagra al Rey Dragón. Por pura cortesía, simplemente.
El lugar tiene un techo arqueado con figuras de dragones y pilares finamente decorados en plata blanca. Cuando volteé la cabeza para la derecha, descubrí que también había muchas flores de colores brillantes alrededor del altar situado en el centro de la sala. Me di cuenta de que las cambiaban con cuidado, tal vez todos los días. La luz que se derrama por la ventana es blanca… ¡Es el brillo del sol! Algo que siento en mis manos después de mucho tiempo sin exponerme a ella.
Cuando cerré los ojos con el resplandor intenso, la nostalgia me envolvió cálidamente antes de que escuchara la voz impresionante de un hombre a la distancia diciendo:
—¿Qué haces aquí?
—Oh, es el sacerdote principal.
Lo que me sorprendió fue ver a un hombre alto con piel casi amarilla. Su cabello es de un fuerte color índigo, le llega hasta los hombros y, al igual que Ryuo-sama, tiene unas características hermosas profundamente talladas. Sin embargo, la impresión que otorga es diferente debido a su color.
La edad es probablemente principios o mediados de los treinta. Utiliza una prenda blanca que le llega hasta la rodilla. Sus costuras tenían bordados dorados y azules y un collar de plata en el pecho.
Se precipitó por el salón mientras deslizaba sus largas piernas y sus inmensos pies por el suelo.
A medida que se fue aproximando, pude ver que su altura era de unos 20 centímetros más que la mía y, además, parecía estar bastante bien entrenado. Lo entendí por la tensión que formaba su ropa alrededor de su torso y en su cadera.
De repente, sin explicación, inclinó el cuerpo frente a mí y dejó caer la cabeza:
—Amarillo… Hemos estado esperando durante mucho tiempo por el nuevo “Favorito” de su alteza.
Kou entonces me presentó.
—Director, este es Tierra. Es el favorito de Ryuo, quien apareció por primera vez en más de 100 años.
—Tierra-sama… Mi nombre es Custadio Lao Tiahadan y soy el director del Sacerdocio en este sagrado Templo de Recatobia que consagra al Rey Dragón. Llámame Custadio, simplemente Custadio.
—Soy Ri… Oh, soy Tierra. Levante la cabeza, por favor.
Se repite en mi mente ese extraño nombre. Custadio, Custadio… El sonido de los nombres extranjeros es difícil de recordar de inmediato.
Custadio levanta lentamente la cara y me mira de frente por primera vez. Entornó los ojos y arqueó las cejas.
—Vaya.
Una persona que no es Ryuo ni las ranas me está mirando a la cara. La expresión de la persona no era tan marcada, pero me sorprendió la apariencia inusual que había adoptado gracias a mí. Por supuesto, lo hizo de mala manera.
Me duele el pecho.
Sin embargo, parecía ser un sacerdote muy educado y solo sonrió:
—Ha pasado mucho tiempo desde que se descubrió un favorito.
—Sí, lo sé…
¿Qué debo hacer?
Mi corazón está débil.
Hace unos minutos, Ryuo-sama me adoraba, me decía cosas dulces y yo estaba en contacto con las ranas como si fuéramos viejos amigos. Pude hablar con ellos normalmente y era incluso algo divertido y confortable.
Este hombre dijo finalmente lo que había estado pensando todo este tiempo.
—¿Es este chico el favorito de Ryuo? ¿En serio? ¿Por qué?
Las personas de Lütbya, que se reunieron en el templo al escuchar los rumores de mi visita, eran todas muy hermosas. De piel morena y con un color de cabello ligeramente extraño, como rubio, castaño, naranja y morado. Además, están vestidas con la misma ropa que Custadio, un colorido traje nacional con una amplia cinta negra alrededor del pecho y sobre la cintura, como un vestido de una sola pieza que combina dos telas. Tanto los hombres como las mujeres usan muchos adornos: brazaletes, aretes, gargantillas y collares.
Mi piel pálida, con una simple camisa y un pantalón que parecía estar en mal estado, seguramente me hacía ver aún peor.
Los hermosos hombres y mujeres se reunieron uno tras otro en el pasillo. Entraban a la habitación con el corazón emocionado al principio, pero al mirar al pobre hombre serpiente que estaba de pie allí, parecieron asombrarse y asustarse. Como si estuvieran ante un fenómeno misterioso.
Custadio lo miró severamente e incluso lo llamó un “Rey”. Al lado de él, una chica increíblemente hermosa estaba de pie con una expresión vaga y algo perdida. ¿Es una adolescente? Si miras su cuerpo pequeño y delicado, entonces puedes decir que es incluso más joven que yo.
Aunque es de piel marrón, se siente considerablemente más clara que la del resto de las personas que nos rodean. La hermosa cabellera rubia brillante le llegaba hasta la cintura y la tenía tejida intrincadamente en una especie de trenza. El peinado parecía ser un adorno que complementaba su belleza. Sus ojos tienen un color más profundo que los de Ryuo-sama y ni disgusto ni curiosidad se encuentran en su expresión facial, tampoco en sus labios rosados que están entreabiertos.
Y a la sombra de su vestido blanco, había un niño rubio que parecía odiarme mucho más que el resto.
El niño de repente corre hacia mí.
Ojos grandes brillando furiosos bajo dos pequeñas cejas delgadas. Su aspecto bien parecido me recuerda al que tiene Kaito, a pesar de que no se parecen absolutamente en nada.
—¡Sería una mentira que fueras el favorito de Ryuo! ¡Porque Teseicia es mucho más hermosa!
No sé por qué está diciendo eso. ¿Por qué me critican tanto las personas que conozco por primera vez?
—¡Eres un humano feo y terriblemente espeluznante…! ¿Eres humano en primer lugar? ¿Cómo te metiste en el camino del Rey Dragón?
El niño puede golpearme como si fuera lo más normal del planeta y nadie hace nada para detenerlo. Las pequeñas manos están llenas de poder y han transmitido una gran ira… Pero sus palabras lastimaron severamente mi pecho. Debería estar acostumbrado a eso. A que me digan que soy feo y horrible y que doy miedo.
¿Pero es culpa mía?
De repente fui convocado a este mundo diferente con mi hermano, y luego Ryuo me raptó y tuvimos una relación que coincidía maravillosamente con nuestros cuerpos y nuestras almas.
Y, eventualmente… Acepté que dejaría de necesitar de mí y me echaría.
Para prepararme para ese momento, es que vine a ver el país donde supuestamente viviría para siempre.
Eso es todo.
La maldad fue transmitida por las personas reunidas hacía este niño. Estoy abrumado y no hay voz para defenderme. El señor Custadio retiró la manita del niño de mí y volvió a decir:
—¡Elmia! Por favor, absténgase de decir esas cosas. ¡Todos salgan! Es el favorito del rey, así que su valor es inmenso. Mucho más elevado que el de todos nosotros, aunque su apariencia sea esta.
Un vistazo al ruidoso salón hace que todo se calme… Pero yo ya no pude resistirlo más y entonces, cuando me levanté sin decir nada, corrí y me aferré a la puerta por la que crucé. ¡Hice todo lo posible para llegar de nuevo al castillo de Shirasagi!
Contrariamente a su apariencia, la puerta con ranuras dobles que parece ser tres veces mi altura, es sorprendentemente ligera. Caigo de rodillas frente a los vitrales y descubro que estoy de nuevo en el corredor de la casa de abedul blanco.
En poco tiempo, mis mejillas estaban empapadas de lágrimas absolutamente deprimentes. Mi puño se enterró en el pasillo lleno de alfombras suaves y mi garganta solo pudo hacer ruidos extraños que no se detenían… Justo después de mí, Kou entra también. El portal no se había cerrado así que se escuchaban las voces de varias personas diferentes.
Cuando la puerta se cerró, el ruido detrás de ella desapareció en un instante.
—Tierra…
La voz de Kou parece confundida.
La rana, que no entendía sobre la belleza humana, no sabía que yo era feo y no parecía comprender completamente por qué había sido tratado así en Lütbya. Me apresuré y me sequé las lágrimas que escurrían hasta desprenderse y formar marcas.
—Lo siento… Correr de esa manera… Ni siquiera me despedí de ellos. Sé que estuvo mal.
—Pero si lo que hicieron fue muy grosero. ¡Se lo diré a Ryuo!
—¡Espera, espera, Kou! ¡Por favor, no le digas a Ryuo-san…! Mucho menos sobre lo de Tese, ¿Teseicia? ¿Quién era?
Después de pensar un poco torciendo su cuello, Kou chocó una pata contra la otra.
—¡Oh, lo recordé! Es la hija del Rey Ricardo. Había un hombre que apareció a decir que Teseicia era más hermosa. Ese era Ricardo, el rey de Lütbya. La princesa Teseicia y el príncipe Elmia son los que estaban a su lado. Ella no fue favorita nunca, el rey quería que fuera su esposa, pero él nunca lo aceptó. Quería que tuvieran hijos… Ya ves. Cosas políticas.
—Oh…
—No les hagas caso, están enojados contigo porque, aunque tú eres solo un “Favorito”, hueles tanto a él que es más probable que termines dándole descendencia en cualquier momento. Son celos.
Descendencia y celos, es obvio que no sabe nada de los humanos.
A Kou-san, que todavía parece estar enojado con las actitudes de la gente de Lütbya, le rogué tan insistentemente el no decirle nada al rey Ryuo sobre la reacción que provoqué. Que no tuvo más opción que regresar a su habitación y dejarme solo.
Cuando salga de este castillo de abedul blanco, mi destino se reducirá solo en ir a ese país… Sin embargo, todavía tengo algo de orgullo y me niego a ser su huésped. Parece que es un gran honor ser llamado el favorito de Ryuo, y la candidata a ser su esposa era una princesa tan hermosa que seguramente, el que esté conmigo en este preciso momento y no en los brazos de ella, me otorga algunos puntos extras que todavía puedo presumir. Tanto el rey de ese país como el enorme pueblo, confiaban en que la princesa Teseicia seguramente le gustaría al dragón.
Pero Ryuo no se maravilló con su rostro y, según la rana, él le dijo: “Llévatela de aquí”.
Jajajaja.
De alguna manera, comencé a reír a carcajadas mientras permanecía acostado en mi propia cama. Es gracioso que buscara a un hombre tan feo como yo. Que buscara una señal sobre su favorito durante un mes y algunos días, terminando definitivamente con una chica hermosa y elogiando a alguien con mi cara. Demasiado gracioso. No puedo evitar seguir riendo.
Recuerdo al príncipe que me golpeó: “¿Eres un humano en primer lugar?”. Como esperaba, no era la primera vez que se sospechaba que no era un ser humano.
¿Eres humano? Sigue siendo algo que escucho con bastante frecuencia y bueno, resulta que sí lo soy. Tengo cabeza, ojos, nariz, orejas, extremidades. Tengo sentimientos. Me siento abrumado y triste la mayor parte del tiempo, pero no puedo refutar al respecto.
¿Qué tan diferente es el sentido de la belleza de Ryuo en comparación con la de la gente común? Me pregunto si soy amado por la forma de mi alma… Y luego me pongo a pensar en mi habitación. En esta hermosa cama con dosel, en la ropa de cama suave que me envuelve en un toque resbaladizo. Una habitación espaciosa y luminosa dónde todo es tan hermoso como en un antiguo palacio europeo. El piso de mármol es brillante. Las alfombras persas también son hermosas e incluso tengo miedo de pisarlas… Una cómoda que no es necesaria para mí, un armario con magníficos atuendos preciosos y joyas brillantes, un elegante sofá que parece ser para una niña, y un escritorio.
No hay nada en los estantes para almacenamiento que pueda usar libremente… Porque no tengo nada propio. Todo fue pensado para los “Favoritos” antes de mí. Favoritos. ¿Por qué me estoy alegrando de haber sido elegido cuando no soy más que un utensilio?
Y después de la extraña alegría, una sensación de soledad me hace caer repentinamente en un valle profundo.
Si le dan esta habitación y esta oportunidad a una mujer, seguramente estaría más que encantada. Puedes sentirte feliz porque eres amada apasionadamente por un hombre hermoso y solitario llamado Rey Dragón. Si te sientes aburrida con tu vida en el castillo de Shirasagi, puedes vestirte con ropa hermosa, ir a Lütbya y disfrutar e interactuar con la gente. Soy un hombre y soy feo y solo puedo aceptar la sensación de incongruencia en esta habitación. Y miedo. Y tristeza…
Miro el peluche de oso rosa que sigue estando en el escritorio. Es lo único que me llevé conmigo cuando fui atrapado con Kaito y convocado a este mundo espantoso. El uniforme se usó todo el tiempo durante mi vida en la prisión de piedra así que decidí deshacerme de él sin importar cuánto me gustara.
“Que desagradable. Puedes quedarte con él”.
Es la palabra que me dijo mi compañera de instituto mientras intentaba darle su llavero. Lo olvidé porque Ryuo me hizo olvidarlo… ¿Por qué me volvió más seguro si después iba a dejarme? ¿Qué pasará conmigo? No iré a Lütbya, pero ¿qué tal vivir en el campo? ¿Qué tal si me quedo flotando por allí?
Lloro hasta quedar satisfecho. Hasta que la garganta se me cierra. Solo, quiero deshacerme de todo lo que represento… Y preferiblemente desaparecer.
—¿No tienes apetito? —Ryuo me preguntó esto en la mesa—. Siempre comes muy poco, pero hoy parece que no quieres tomar absolutamente nada. ¿Estás enojado conmigo?
—… No, eso no es cierto. Ciertamente, no tenía hambre.
No importa cuánto esté acostumbrado a ser golpeado con la mala fe de las personas, la experiencia de estar rodeado y expuesto a la curiosidad, odio y a sus palabras maliciosas, agotó definitivamente el poco espíritu que todavía me quedaba.
Es difícil ser honesto, incluso es difícil verlo a la cara y es difícil olvidar mi día.
Pero quería olvidar, más que otra cosa en el mundo.
Olvidar el ridículo y a la gente de Lütbya. Quería desesperadamente que me hiciera pensar en otra cosa. ¡En cualquier cosa! Sin embargo, en este día, Ryuo no quiso hacer nada conmigo más que abrazarme suavemente y dormir a mi lado. No tuvimos relaciones sexuales, pero él me ofreció un beso muy suave de buenas noches y me acarició también sobre la cabeza.
Desde el momento en que las ranas protestaron que tenía que cuidarme un poco más, el Rey Dragón fue cuidadoso y dejó de dormir conmigo en su habitación para que no le entrara el celo. Ahora, en realidad parece muy preocupado. Quiere verificar que no esté enfermo o como dice, que no esté enojado con él.
Pero me siento peor. ¡Porque si él se queda durmiendo aquí conmigo las esperanzas crecen de nuevo! Me hace pensar, que no está interesado solo en mi cuerpo.
Pero ¿qué puedo saber yo realmente?
Me había quedado dormido mientras tenía el corazón y el alma vacíos.