El favorito del Rey Dragón

Capítulo 14


Después de llorar en medio de la conversación y regresar al castillo de Shirasagi, el señor Custadio parece haber sido impulsado por un fuerte remordimiento.

—¡Tierra-sama!

Cuando abrí la puerta, estaba gritando con una expresión llorosa. Arrodillado frente a mí, con las manos unidas como si rezara… ¿Esperó todo el tiempo frente a esta puerta?

—¡Lamento tanto ser un idiota! Lo siento, por lo del otro día. ¿Hablé con tanta emoción que se ofendió? ¡Lo siento de verdad! ¿Quiere golpearme? ¡Lo dejaré golpearme!

—Eso no es lo que pasó… Yo no…

—Pero… ¡Pero incluso dejaste de venir! Ah…

Le pregunté a Kou una vez: ¿Con qué frecuencia debo ir a Lütbya? Y lo que regresó fue una respuesta muy simple.

—¿Qué quieres hacer tú?

—Kou-san… Quiero quedarme aquí el mayor tiempo posible.

Los ojos negros de Kou parpadearon y las comisuras de su boca se alzaron.

—¡Me alegro! Yo también quiero que te quedes más tiempo por aquí.

Gradualmente, mi corazón se calienta. Estoy contento y me siento alentado si él y el rey, que viven conmigo, piensan eso de mí.

—Hmmm. La mayoría de los humanos estaban inmersos en Lütbya, excepto durante el tiempo obligatorio del celo del Rey Ryuo. Debido a que este castillo tiene pocos lugares de recreación para los humanos y el Rey Ryuo no puede quedarse mucho tiempo, ellos se aburrían…

—Bueno… ¿Qué hay de la persona que se quedó aquí por tantos años?

—¿Hablas de Suri?

—… Sí.

—Oh, sí. Ella fue quién se quedó aquí por más tiempo… Suri era una persona tranquila. Se la pasaba tejiendo su cabello todo el día.

Rui dijo que cuanto más tiempo pasara en el castillo, más venenoso sería para los humanos. Al mismo tiempo, cuanto más te sumerges en Lütbya, más se distorsiona tu alma y se hace imposible que te quedes con él. No quiero ninguna de las dos opciones. No tiene sentido si quiero quedarme cerca de Rui durante mucho tiempo, pero… Es mejor morir a qué mi alma esté distorsionada.

—Era callada. En los últimos meses en este castillo, me dijo que quería quedarse aquí hasta que muriera. Estaba muy débil.

—¿Estaba débil?

—Lo siento, olvídalo. Además, Ryuo detesta la historia de Suri.

—¿Por qué?

—Ella estaba es… Oh, no soy el indicado para hablar de esto. Lo siento. Lo siento tanto. —Kou se arrepintió de haber abierto su boca y deliberadamente salió de la habitación diciendo algo como—: ¡Oh, tengo muchos recados!

Suri es una “favorita” cuyo nombre ha sido transmitido en el Templo de Recatovia de generación en generación, a pesar de que han pasado 500 años desde que estuvo viva. No estoy ofendido en absoluto. Tampoco estoy enojado. Tal vez, me siento un poco triste, pero…

Volviendo al presente, el señor Custadio y el señor Sigis, que está a su lado, me dicen que por favor los siga a la oficina del sacerdote, como pasó el otro día.

Finalmente comienza una presentación un poco más formal.

—Mi nombre es Sigis Ornato. Gracias, por tener tanta paciencia con nosotros… Joven Tierra.

Bajó la cabeza a toda prisa, aunque sabía que estas actitudes no me gustaban del todo. Es un hombre y todo eso, pero es tan hermoso que incluso me siento maravillado. Si esa persona me sonríe o intenta tocarme, me sentiré absolutamente tímido porque es una belleza diferente de la belleza de Rui.

Como lo pensé, soy débil ante las personas que son así de hermosas.

—Y déjeme decirle el primer cumplido del día. ¡Tierra no solo habla con fluidez el lenguaje, sino que también es muy inteligente! Se desenvuelve muy bien así que estoy verdaderamente impresionado.

Según el tono tranquilo del señor Sigis y sus palabras siguientes, Custadio y él son historiadores y teólogos. Él lee cartas, escribe cartas, tiene en su poder cartas antiguas y documentos ilegibles de otros países.

—Por supuesto, no sabemos si Tierra lo encuentre útil… Pero nuestra primera prioridad es la solicitud de Tierra sobre conocer las especificaciones de la vida en este país. Aunque… Es la primera vez. Los otros favoritos no eran así de Nerds.

Es gracioso que palabras como nerd, salgan de su boca.

—Puedes leer las cartas de los mundos, pero eso no significa que puedas entenderlas todas. No eres muy versátil porque no puedes traducir palabras que no existen en tu mundo original, pero con un poco de práctica tal vez…

—Vaya, Tierra sí que es fabuloso.

Custadio, levantándose del sofá, casi se me lanza encima para agarrarme de los hombros… Pero Sigis tiró de su abrigo largo hacia un lado.

Custadio, tus ojos están brillantes y tu respiración es áspera y aterradora.

—Director Custadio, ¿quieres que te echen de esta habitación?

—¡Sigis! ¡Pero es que estoy impresionado! ¡Espera, espera, espera y espera! No me corras. Es un favorito muy bueno, con habilidades maravillosas. ¡Y es tan humilde! Él tiene un corazón verdaderamente gentil… Oh, me encanta estar con vida para presenciar estas maravillas diarias de la creación.

Custadio, quien mira al cielo con lágrimas, parece estar a punto de morir a manos del señor Sigis.

—Lo siento, Tierra. El representante del sacerdocio de este templo es un hombre bastante tonto. Ya ves.

—Eh, no pasa nada…

—Pero… Me da vergüenza tener la misma opinión que este tipo, también esperaba tu manifestación. Me alegra tanto que el “favorito” del Rey Dragón fuera alguien como tú. Hablo muy honestamente.

—…

Maldita sea, aquí vienen los malos pensamientos otra vez. Soy una persona fea,

¿Vale la pena adorarme? La “favorita” anterior era una mujer hermosa que tuvo alguna clase de problema. El actual Rey Ricardo y sus hijos son populares entre la gente, en particular, la Princesa Teseicia que posee una belleza tremenda y que, por consiguiente, estaba dedicada al Rey Dragón… Pero ella nunca fue elegida.

¿Por qué…?

Dios. ¡Sería genial si tan solo dejara de pensar!

Después de un tiempo, comencé a ir a Lütbya cada dos días hasta que Custadio me dijo de pronto: “El Rey quiere verte”. Dice que desea disculparse por su actitud anterior, pero en su mente claramente piensa que lo hace como un favor para mí.

No tengo intención de relacionarme con el Rey Ricardo. No es necesario estar involucrado con alguno de ellos en realidad.

En la actualidad, solo Custadio y Sigis están en contacto conmigo. El señor Custadio está un poco emocionado porque cuando leo las cartas en idiomas antiguos “lo hago tan bien que comienza a excitarse”. Sigis siempre está sonriendo y es muy amable conmigo, pero no sé qué tipo de persona es porque cuando cree que no lo estoy viendo, golpea a Custadio en la cabeza con una fuerza de verdad tremenda.

Es mejor ser precavido.

Todos los hombres con ropa de sacerdocio que pasan por el pasillo, se disculpan y se arrodillan ante mí como si realmente pensaran que yo estoy personificando a su Dios. No estoy en condiciones de estar agradecido porque es todavía bastante incómodo e innecesario. Cuando eres un adolescente japonés, por lo general esperas que siempre sea al revés. Debes inclinarte ante los mayores y ser muy educado… No me acostumbro y es por eso que, por la noche, solo estoy feliz estando con Rui.

—Riku, ¿fuiste a Lütbya de nuevo hoy?

—Sí.

—¿Pasó algo? ¿Hubo algún problema?

—Estoy bien.

A Rui siempre le preocupa que no sea bueno para interactuar con la gente.

Parecía tener una sana curiosidad por mis acciones al principio, pero luego preguntó:

—¿Por qué solo lees? ¿Te gusta más estar rodeado por libros que salir a divertirte?

¿Estaba vigilándome?

Antes de apresurarme y preguntar por lo extraña que me parecía la situación, él ya estaba diciendo:

—Lo siento, es solo que tenía curiosidad por ti… Estoy, un poco paranoico.

—No tienes que estarlo. ¿Sabes? En realidad, sé cuidarme solo.

—¿Qué haré si te pierdo otra vez? Palabras extrañas…

Pero si me acaricia y me abraza con fuerza, me veo como un perrito que aprecia las recompensas que le da su amo. ¡Al demonio lo extraño! Después de la cena, me encontraba jugando en la cama con él. Incluso después de la hora del baño. Cuando se daba cuenta de que me daba risa que rascara tras mi oreja, sonreía y luego reía tanto que su pecho también comenzaba a temblar… También me gusta el sexo. Es devoto, le gusta tocarme y dedica la mayor parte de su tiempo para descubrir las cosas que me hacen sentir bien hasta provocar que quiera que lo haga de nuevo y sea mucho más codicioso que al inicio.

Me vuelvo loco, lo deseo tanto.

Mientras estoy con él, mi mente se vuelve blanca y siento que lo estoy monopolizando. Será la primera vez en mi vida que quiera tanto a alguien y será mi último amor también. Es un sueño, esto de poder ser feliz. El poder construir una relación con alguien, incluso si solo hay un futuro aplastante esperando por mí.

Quiero recordar tanto de esto como pueda. Quiero pasar mi tiempo con Rui para no arrepentirme después.

Tal vez, por eso no puedo odiar completamente a Suri. Yo tampoco quiero ir a Lütbya porque estoy mucho mejor pasando tiempo con él, aquí en el Castillo Blanco.

Y un día… Después de aprender sobre historia con el señor Sigis, fui enviado a la puerta del castillo de Shirasagi antes de que el sol se comenzara a ocultar.

En la parte posterior del altar, encontré el movimiento de una mano joven que intentaba ocultarse detrás del mantel de la mesa. Eran unos… pequeños deditos pálidos.

Miro a Sigis, pero no nota la mano que salta y luego se esconde.

—Um, Sigis. Me relajaré un poco aquí antes de regresar al castillo.

¿Por qué estoy diciendo eso? Quizá comience a pensar que finalmente me estoy aburriendo de estar siempre en el mismo lado o ¿puede creer que me he enojado con el Rey?

Esta es la primera vez que digo algo así, y Sigis tiene un aspecto un poco alarmado.

—Es inusual.

—Hoy hace buen tiempo. Quiero sentir un poco de sol.

En esta sala, la luz del sol brilla a través de las vidrieras, disparando calor hacía todos lados mientras lanza varios colores agradables. Realmente es hermoso y de verdad se siente bien… Pero…

—Estaré contigo entonces.

—Ah, ¿puedo estar solo? Sigis, estás ocupado. Lo comprendo. Cuando esté listo y logre calentarme, regresaré al castillo por mi cuenta. ¿Está bien? Lo prometo.

Después de un pequeño gesto pensativo, el señor Sigis dijo:

—Bien, entonces, señor Tierra, lo estaré esperando pasado mañana para que pueda leer el siguiente volumen.

Al escuchar que sus pasos se alejan, me acerco al altar, me inclino y lo rodeo hasta encontrar justo lo que estaba esperando. Era el príncipe Elmia. Un chico hermoso, elegante. Una cabeza más bajo que yo y por supuesto, con manos pequeñas.

—Ha pasado mucho tiempo, favorito.


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