El favorito del Rey Dragón

Capítulo 12


Quiero ver a Rui.

En el momento en que crucé la puerta que conectaba el Castillo de Shirasagi con Lütbya, corrí por el pasillo con una fuerte urgencia palpitando en la parte baja de mi pecho. Fui por cada sala y terminé por atravesar una puerta grande que me hacía sentir como si fuera un niño pequeño.

Traté de tocar, pero en realidad no se escuchó. Intenté empujarla, pero no se abrió. Cuando Kou la movió, parecía una puerta que se abría muy fácilmente, así que…

¿Qué estaba pasando ahora?

Los sentimientos extraños y poderosos que están creciendo dentro de mí simplemente no disminuyen, así que cuando alcancé el pomo y lo bajé, mis lágrimas se desbordaron una tras otra.

Pasé con él toda la noche, también el día. Si espero un poco, seguramente podremos reunirnos, como siempre y… De todos modos, quiero verlo ahora mismo. Lo necesito tanto.

Rui, ¿por qué hiciste llover en Lütbya? ¿Fue por mí? ¿Por qué eres tan sincero conmigo? ¿Porque te gusta la forma de mi alma?

¿Me amas?

¿Soy al menos un poco especial para ti?

Cuando me aferraba todavía a una puerta que no se abría, de pronto escuché que alguien quitaba una especie de seguro desde el otro lado.

Una rana asomó la cabeza.

—Oh, Tierra. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Seki-san…

Seki, con una túnica roja, es la rana que siempre acompaña a Rui cuando está trabajando en la inspección de los mundos. Es como su mano derecha.

De repente, me sentí más agitado que antes.

Quería verlo ahora mismo, así que fui motivado por mis sentimientos y respaldado por la confianza de que incluso si interrumpía algo muy importante, seguramente sería fácilmente perdonado. No quiero ser tan egoísta.

—Oh, lo siento… Nada.

—¿Estás bien? ¿Tienes un recado para Ryuo-sama?

Cuando dije que sí y luego limpié mis lágrimas, Seki me invitó a pasar.

Un espacio en blanco. Frente a las ocho esferas flotando en el centro, estaba Rui en forma de un inmenso dragón.

La situación era diferente de cuando entré por primera vez.

Innumerables imágenes fluyen en el aire como si fuera una pantalla grande, una del tamaño de una pantalla de cine, una del tamaño de un televisor en una casa normal y otras del tamaño de una computadora portátil o de simples tarjetas de regalo. Cientos de fotos están flotando en el aire que rodea a Rui, y cambian, se mueven y muestran cosas diferentes a cada momento. Cuando Seki-san me empujó la espalda y me obligó a acercarme a Rui, algunas de estas cambiaron a imágenes negras.

—¿Riku?

—Lo siento, interfiero con tu trabajo…

—No, está bien.

Después de todo y como lo imaginaba, fui perdonado. No parecía que se hubiera enojado en primer lugar.

Soy estúpido. ¡Estúpido! Estoy acostumbrado a esta amabilidad y soy ignorante. Aunque debería haber dejado que se concentrara, era arrogante e inconsciente. Siento que tengo que reflexionar sobre eso, tal vez disculparme y volver a mi habitación… Pero ver su apariencia lo hace toda una niebla. Quiero abrazar el cuerpo que está frente a mí. Quiero mostrarle que lo amo y decirle que lo extrañé y…

Y…

¡Reflexionaré más tarde!

Me precipité y corrí hacia él para aferrarme a sus pies. Llevé mis mejillas a las escamas que cubrían la superficie de su cuerpo.

—Rui…

—¿Qué pasa…? ¿Estás llorando de nuevo?

Estiró su cuello y pronto una cara fea y llorosa se reflejó en los grandes ojos del dragón.

—No puedo limpiarte las lágrimas con estas manos… Seki, voy a tomar un descanso. Termina con todo esto, vamos a retomarlo después.

—Ryuo-sama, pero los mundos…

—Está bien, lo entiendo. No voy a tardarme. —Después de que Seki le obedece, Rui se transforma en un hombre humano—. Mi niño, no llores de esa manera. Tus ojos van a hincharse.

Mis mejillas y bajo mis pestañas se limpian entonces muy suavemente… Esa dulzura también da miedo.

—Rui…

—¿Qué pasa, cariño? Tú… Lloras mucho cuando estás feliz, así que me cuesta un poco saber qué está pasando. Dime con tus palabras si estás triste o feliz.

Me acariciaba la espalda y masajeaba mis manos, pero yo me sentía insoportable y solamente lo abrazaba con fuerza.

Soy un hombre, un humano que no pensaba ni en mil años enamorarse de otro hombre… Pero ahora el pecho de esta persona se ha convertido en mi lugar tranquilo.

—Hoy… fui a Lütbya.

—Bueno, ¿qué pasó? ¿Qué dijeron?

—Pude decirle a la gente del templo lo que quería hacer en un futuro… Y fue gracias a ti. Además, la gente del templo de Recatovia estaba muy contenta de que el Rey Dragón apareciera después de tantos años. Nuestra visita fue buena.

—No me importa si otras personas además de ti están contentas con mis decisiones.

—¿Eh…?

—Lo siento, no quiero sonar cruel, pero… Sé que ellos han sufrido mucho por mi causa y que mi visita es algo favorable para ellos, pero yo solo quiero que tú estés bien. Quiero que disfrutes y sonrías.

—… Vaya.

—Rui, ¿por qué me llevaste a Lütbya…?

—¿Hmm? ¿No lo dije antes? Quiero que te quedes aquí por mucho tiempo y para eso, tienes que descontaminarte.

—Ese no es el caso… ¿Por qué fuimos juntos? Escuché que no había pasado algo similar en el pasado.

—Oh… Eso es porque… Para ser honesto, quería presumirte un poco.

—… ¿Qué?

Es sorprendente que responda de esa manera.

Sin darme la oportunidad de contestar, Rui tiñó sus mejillas de rojo como si ahora hubiera decidido finalmente actuar todo tímido frente a mí.

—Quería mostrar a mi pequeño y fascinante niño en el pueblo. Eres muy diferente a los otros.

—… ¿Por qué lo soy?

—No lo sé… No sé por qué eres diferente. Riku se alegra hasta el punto de llorar solo porque lo llamo por su nombre. Cuando llevo comida a su boca, se alegra de que esté tan deliciosa. Es raro que no le interesen los tesoros ni la ropa y escoja platos. Leía, se encerraba en su habitación y… Se veía muy triste a veces. Pero en Lütbya, Riku estaba contento y sonrió como nunca antes. Me alegro de haber ido si con eso logré poner en ti esa expresión.

—Yo…

—Quiero que sonrías. Mientras estés cerca de mí, haré cualquier cosa para que eso pase.

Tenemos el mismo sentimiento.

Quiero hacer que sonrías todo el tiempo, aunque nuestros cuerpos sean diferentes y nuestras maneras de pensar también lo sean. Siento que al menos tenemos un deseo fundamental el uno para el otro… Y con eso me basta.

—Riku, por favor… ¿Por qué lloras de nuevo?

No lo sé. Tal vez mis glándulas lagrimales están rotas.

No importa si soy “especial” o no. No tiene sentido comparar favoritos pasados justo ahora, ¿verdad?

—¿Estás triste? ¿Me tienes miedo? ¿Hice algo mal? Riku, Riku, dime: ¿qué hago para que dejes de llorar?

Ryuo-sama, esto que siento es lo mismo que sientes tú. Después de algunas semanas contigo, pude escuchar un corazón que casi iba a la par con el mío.

El Rey Dragón, que vive en un tiempo que parece ser eterno para los humanos y yo, que no vivo por más de 100 años… Seguramente no llenaremos completamente el vacío que tenemos. Pero completar algunos espacios es suficiente para mí.

Por primera vez, besé los labios de Rui, que seguía estando confundido por mis lágrimas. Me pregunto… Si ahora una parte de mis sentimientos han sido transmitidos correctamente.

Después de que los ojos de Rui se abrieran más de lo necesario, se derrite lentamente y se aproxima un poco más. Mueve la cabeza, eleva su mano… ¿Puedes entenderme? Mi cabeza está toda llena de ti.

—Rui…

Me besa profundamente, apoyando sus manos en mi cuello como si supiera que así sería todo mucho más profundo. Tanto las lenguas que se tocan dentro de mi boca como la sensación de ser fuertemente abrazado… Quema profundamente.

No quiero parar. ¡No te detengas! Quiero ser uno contigo…

Mientras lo beso como un loco, quedo atrapado en un montón de pensamientos irracionales. No soy solo yo, Rui parece estar absolutamente perdido también.

—Riku… Prometí que no tardaría.

—Lo siento, por favor… Solo un poco…

—No te disculpes. Te besaré tanto como quieras.

Emocionado, Rui, con escamas apareciendo en su cuello y mejillas, sonrió y besó mis labios antes de convertirse en un dragón.

Entonces, un sofá de agua apareció debajo de mi cuerpo. Aunque se tambalea y parece irregular, el sofá de agua que recibe firmemente mi cuerpo también es ligeramente cálido y cómodo.

—Espera un minuto, solo un minuto. ¿De acuerdo? Haré el resto de mi trabajo y volveré junto a ti para tomarte.

—… Sí. Está bien.

Entonces ¿puedo esperar en esta sala? ¡Estoy feliz!

No sé lo que está pasando, pero Rui mira las ocho esferas y las mil imágenes con una expresión bastante seria. Las imágenes muestran personas, animales extraños cazando y un campo de nieve blanca que parece más bien una imagen fija. Incluso si miro una sola pantalla, estoy mareado porque puedo ver diferentes imágenes cambiando con rapidez en solo un par de segundos.

Antes me dijeron que no debía acercarme a esta sala por nada del mundo y que tampoco debía mirar. Rui incluso me dijo que me quedara sentado pero… Justo ahora, en la pantalla de la derecha…

¿Ese es…?

—¿Kaito?

La cara de mi hermano menor, Kaito, se refleja en una de las tres pantallas grandes que están en el centro. Parece que el cabello le ha crecido y que sus ojos ya perdieron la luz… Pero definitivamente es Kaito.

No quise decir nada importante para no perturbar la concentración de Ryuo… Y, sin embargo, al final tuve que preguntar:

—Rui… Aquí, ¿qué es esto?

—Esto es “Tital Guinuwa”. Mientras yo reine los ocho mundos, estos vídeos muestran una parte de cada uno de ellos.

—Mi hermano está allí.

—¿Qué?

Aunque Rui parece no creerme al inicio, las imágenes que flotaban en el aire desaparecen como si hubiera decidido qué era mejor no mostrarme nada. También pasó lo mismo con el video que tenía a Kaito.

—Oh… Espera, no borres eso. Rui, ¿puedo mirar?

—No, porque las cosas en Tital Guinuwa no están fluyendo muy bien que digamos. Es peligroso.

—Pero… Mi hermano… Acabo de ver reflejado a mi hermano allí. Por favor, deja que haga algo.

—No, no quiero mostrar la cara de mi favorito a alguien que no conozco y que está en un mundo que ya no se siente como si me perteneciera.

La expresión del dragón es difícil de entender, pero puedes ver lo molesto que está.

—Rui… Mi hermano fue convocado como yo. ¿Y si está en peligro? Yo, solo quiero asegurarme.

—… ¿Por qué te importa?

—Mi hermano me odia, pero sigue siendo familia. Ya te lo dije, fuimos convocados juntos… Y de repente desaparecí y puede que tal vez se preocupara un poco por mí, no lo sé. La verdad, más que ver por su seguridad quiero decirle que todo va bien conmigo. ¿Puedo?

Rui reflexiona con la boca cerrada.

—Por favor, Rui. Estoy feliz ahora. Disfruto viviendo en el castillo de Shirasagi contigo. No quiero volver a mi mundo original si es lo que te preocupa… Solo quiero, que mi hermano sepa que estoy a salvo.

Centrándose en la palabra felicidad, la expresión severa del dragón logró aflojarse un poco.

—¿Rui?

—Entiendo.

Muchas imágenes volvieron a aparecer en el espacio que antes era completamente negro. Revisé la pantalla que mostraba a Kaito y vi que a su lado también tenía un caballo. Otros dos hombres y una mujer también van con él, moviéndose juntos y en bastante sincronía.

—¿Es tu hermano? Luce diferente a ti.

—Sí…

Creo que es porque está creciendo o porque está entrenado mucho, pero sus músculos son más fuertes que antes. Usando un círculo en la frente, armadura en el cuerpo y agitando una capa, la figura de él con una espada en la cintura se asemeja a la de un caballero en un juego de rol. Parece como si Kaito estuviera haciendo cosplay… Es tan extraño.

—… No voy a dejar que te vea, y no puedo dejarte escuchar a tu hermano… Pero, si tienes algo que contar, habla. Puede escuchar tu voz.

Mis mejillas se calientan. Realmente no es para tanto, pero estoy absolutamente nervioso.

—Habla. Mi magia no va a durar tanto tiempo.

—Sí… Kaito, ¿puedes oírme?

Kaito puso rígido el cuerpo y de repente apretó un poco más las riendas. El caballo eleva el antepié y deja de moverse.

Kaito, con los ojos bien abiertos, confirmó su entorno, abrió mucho la boca y levantó la voz… No sé lo que está diciendo. El compañero que lo seguía también comenzó a detener a los caballos uno tras otro, mirando a Kaito como si mi voz lo hubiera espantado. Comenzó a hablar con él, pero no parecían llegar a nada.

—Puedo verte desde aquí, pero no puedo saber qué dices. No hables, solo escucha… De repente desaparecí de la cárcel y, aunque estaba espantado al inicio, ahora vivo feliz en otro lugar.

Kaito se pone pálido y grita algo. Pensé que, en realidad, iba a reaccionar como si no le importara, pero… No parece que sea así.

—…Kaito, ten cuidado de no lastimarte y, si alguna vez vuelves a Japón… —Aunque nadie esté preocupado—. Dale las gracias a nuestro padre y madre por criarme.

La boca de Kaito se empieza a mover. No puedo escucharlo, pero parece que está gritando desesperadamente hacia el cielo.

—Kaito, estoy bien.

Su cara está arrugada y parece que incluso me llama “hermano mayor”. Lo siento, no puedo escucharte… Pero me alegra que finalmente me llames hermano.

La imagen era completamente negra antes de que pudiera decir algo más y, después, la pantalla desapareció.

—Gracias, Rui.

—… Esta es la primera y la última vez que te dejo hacer esto.

—Sí.

Gracias por tu paciencia. Gracias por escuchar siempre mi egoísmo. Me abrazo a sus pies con gratitud y dejo que su larga lengua lama mis mejillas.

—¿De verdad era importante decirle que estabas bien? No parecía que él te viera como su hermano.

Si lo dice de esa manera tan honesta, seré lastimado después de todo.

—No creo que podamos llamarnos una familia realmente…

—Ya.

Después de eso, Rui estaba callado y actuaba tan huraño que casi me arrepentí de haberle pedido ese favor… Pero fue bueno poder ver a Kaito, y me gustó haberle dicho adiós.

“Nunca lo volveré a ver.” Pensé. Pero le resté importancia y comencé a preguntarme cómo podría recuperar el buen estado de ánimo de Rui.

En ese momento, nunca creí que llegaría el día en que me arrepentiría profundamente por hablar con Kaito.

Pero llegó.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *