Convertirse en la esposa consentida del magnate empresarial

Capítulo 1


Hacía bastante viento en la azotea.

Qu Xiao se retiró al borde del edificio con lágrimas en los ojos. Estaba aterrorizada.

—No vengas…

Frente a ella, un hombre en silla de ruedas, vestido con un traje negro, la observaba. Estaba rodeado por varios guardaespaldas. Su rostro, perfectamente esculpido, reflejaba indiferencia, como si nada en el mundo pudiera afectarlo.

—Qu Xiao, ¿cuántas veces me has traicionado desde que te casaste conmigo? —preguntó con voz suave.

Qu Xiao temblaba de miedo. Se arrodilló y suplicó:

—Shang Yan, lo siento. ¡Por favor, déjame ir! Sabes que no me casé contigo por voluntad propia. Estoy enamorada de Ling Chi.

—¿Es por eso que robaste información de mi empresa para él?

Qu Xiao recordó los rumores entre los sirvientes. A pesar de su apariencia frágil, ese hombre en silla de ruedas era frío y cruel.

Apretó los dientes, reunió valor y exclamó:

—¡Shang Yan, divorciémonos! ¡Te lo ruego!

Sacó el cuchillo que había preparado hacía tiempo y se apuntó a sí misma.

—¡Si no aceptas, moriré aquí!

El ceño de Shang Yan se frunció, su voz se volvió más fría.

—¿Quién te dijo que hicieras esto?

Él sabía que Qu Xiao no tenía el carácter para amenazarlo así.

Avanzó en su silla de ruedas.

—Dame el cuchillo.

—Nadie me dijo. ¡No te acerques! Ah… ¡Detente!

Qu Xiao, aterrada, gritó. Inconscientemente, aplicó fuerza en su mano. Con un puf, la hoja se hundió en su cintura.

—Ah…

La sangre fluía caliente. Antes de perder el conocimiento, Qu Xiao pensó confundida: ¿No era un cuchillo falso?

Su hermana menor, Qu Qi, le había dado ese cuchillo asegurándole que era solo una farsa.

¿Acaso me mintió?

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—Sollozo… Shang Yan, por favor no la culpes. Arriesgó su vida solo porque ama tanto a Ling Chi…

Era un murmullo molesto. ¿Quién hacía tanto ruido por la mañana?

Cuando Qu Xiao recuperó la conciencia, sintió molestia y quiso gritar para callar al que hablaba, pero un dolor en la cintura y el abdomen, sumado a la sequedad de su garganta, apenas le permitía emitir un sonido débil.

Le dolía la cabeza, y una oleada de recuerdos ajenos comenzó a invadirla.

Ella era una doctora genio en la nueva era, estricta con su salud. ¿Por qué estaba tan débil ahora?

—¡Qu Xiao, despertaste! ¡Gracias a Dios!

—¿Por qué hiciste algo tan tonto? Shang Yan es razonable. Si le hablabas de tus sentimientos por Ling Chi, él habría aceptado el divorcio. ¡No tenías que intentar suicidarte!

¿Ling Chi? El nombre le resultaba familiar.

Entonces lo recordó. Estaba leyendo una novela romántica anoche. Ling Chi era el hombre del que estaba enamorada la cruel esposa del CEO.

Y esa esposa estúpida también se llamaba Qu Xiao.

¿Se había convertido en el personaje de la novela?

Qu Xiao abrió los ojos de golpe.

Frente a ella había un rostro hermoso que coincidía con la descripción del libro: Qu Qi, la hermana menor de Qu Xiao.

Entonces, era cierto. ¡Había viajado al interior del libro!

El rostro de Qu Qi mostraba una preocupación fingida.

—Querida hermana, no busques más la muerte. ¡Shang Yan ya aceptó divorciarse de ti!

Qu Xiao apartó su mano con desdén.

—¡Sí, claro! Voy a divorciarme de él. ¿Estás satisfecha ahora? Ya puedes casarte con tu cuñado.

Qu Qi se quedó paralizada.

—¿De qué estás hablando?

Una inquietud repentina la invadió. ¿Cómo se volvió lista esta tonta? ¿Y por qué su mirada ahora es tan fría y aguda?

Qu Xiao la ignoró y repasó la trama mentalmente.

En la historia, Qu Xiao era la hija ilegítima de la familia Qu. Al ser devuelta a su familia, fue maltratada constantemente, especialmente por Qu Qi, quien la despreciaba.

A los 20 años, la familia Qu obligó a Qu Xiao a cumplir un contrato matrimonial con los Shang. No querían que su querida hija Qu Qi se casara con el segundo hijo de la familia Shang, quien estaba en silla de ruedas.

Qu Qi, al principio, solo quería burlarse de Qu Xiao, pero al ver que su matrimonio marchaba bien, comenzó a sentir celos.

Quería ser la señora Shang, así que empujó a Qu Xiao a enamorarse de Ling Chi y a pelear con Shang Yan hasta conseguir el divorcio.

Y cuando Qu Xiao obedeció… Shang Yan finalmente accedió a divorciarse.

Mientras leía la novela, Qu Xiao había despreciado a ese personaje por su estupidez. Jamás imaginó que acabaría convirtiéndose en ella.

¡Qué destino tan cruel!

Justo cuando se sentía desanimada, escuchó el sonido de una silla de ruedas acercándose.

Frente a ella apareció una mano grande y pálida. En ella había un acuerdo de divorcio.

La voz de Shang Yan sonó fría y baja:

—Fírmalo. A partir de ahora, tu vida no tiene nada que ver conmigo.


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