Cómo enamorarse del villano
Capítulo 14
—Debería haber hierba de niebla en el lado suroeste de la tribu. Ya Qi lo mencionó antes, pero no tenía muy clara la dirección. Corre un poco más despacio esta vez, y yo lo vigilaré mientras tanto —dijo Jiang Yu, sujetándose con fuerza del pelaje del cuello de Mu mientras el viento helado lo azotaba.
Hablaba a gritos, pero su voz apenas se escuchaba. El viento se le metía por la boca abierta, helándole el pecho.
Mu corría como una flecha, mucho más rápido que antes. Aunque no había ninguna urgencia, parecía no querer detenerse.
Las orejas de Mu se movieron con sensibilidad. Disminuyó la velocidad, haciendo que el viento dejara de golpear el rostro de Jiang Yu.
Mu se sentía cada vez más eufórico. Su cuerpo había mejorado tanto que se sentía libre por primera vez. Todos los días salía a correr solo por el gusto de hacerlo.
Ese cambio habría sido excelente, si no fuera porque había notado un fenómeno extraño en sí mismo. Desde que supo que Jiang Yu había recolectado las hierbas para él, comenzó a observarlo constantemente, sin siquiera notarlo.
Al principio, lo hacía confundido. Luego, cada vez que Jiang Yu lo montaba, sus sentidos se agudizaban. Cuando le hablaba al oído, sentía su oreja arder. No podía evitarlo.
Y cuando Jiang Yu corría hacia él con el ceño fruncido, exigiéndole que se agachara, esa carita redonda y petulante… por alguna razón, Mu sentía deseos de pellizcarla con su pata.
¿Estaré enfermo? pensó Mu. Cada vez que Jiang Yu se acercaba, su cuerpo reaccionaba extraño. Su corazón latía más rápido y sus músculos se tensaban.
Desesperado, fue a ver al médico. Pero no pudo expresarse con claridad. Solo le dijo que a veces le ardían las orejas y se ponía nervioso.
El médico lo miró en silencio, luego preguntó con un tono que Mu nunca le había oído:
—Cuando sientes eso, ¿está presente Ah Yu?
Mu se sonrojó hasta las orejas. Al verse descubierto, solo pudo asentir con torpeza.
—Ah —asintió el médico, y luego le palmeó el hombro con una sonrisa—. No te preocupes. No es una enfermedad. Tampoco es un efecto de la medicina. Solo cuida bien a tu pequeña hembra, y no dejes que se escape con otro.
Las orejas de Mu se pusieron aún más rojas. ¡¿Pequeña hembra?! ¿Ese arrogante mocoso?
Salió corriendo de la casa mientras el médico reía con fuerza detrás.
Cuando la risa se desvaneció, el médico suspiró con alivio. Parecía que Ah Yu no solo se había ganado el cariño de Mu, sino que Mu también había empezado a sentir algo por él. Aunque todavía no lo comprendiera.
Verlos crecer y descubrir sus sentimientos es mi entretenimiento favorito, pensó. Pero tendré que recordárselo cuando vea a otros pequeños cambiaformas acercarse a Ah Yu. Si no, será demasiado tarde.
…
—¿Por qué has estado corriendo tanto últimamente? —preguntó Aspen con voz suave, fingiendo preocupación.
—Ah Yu está buscando algo y quiere que lo cargue —respondió Mu con cautela. Al escuchar a Aspen, su cuerpo automáticamente se puso en guardia.
—¿Qué está buscando? —insistió Aspen, con tono dramático—. Ya han pasado muchos días. Siempre te está molestando. Deberíamos decirle a tu padre o al líder de la tribu. Tu cuerpo no es fuerte, y Ah Yu aún es inmaduro. Sería una pena que te lastimaras por su culpa.
Mu apretó los dientes. Estuvo a punto de discutir, pero se contuvo. Sabía cómo era Aspen.
Aun así, su expresión se endureció.
Aspen fingió no notar nada, pero lo observaba con atención.
—Si sé qué está buscando Ah Yu, podría ayudarte. Así no tendrías que correr tanto por él.
Mu no quería revelar nada. Sabía que Aspen no le tenía aprecio real. Pero si no decía algo, seguiría insistiendo.
—Hierba de niebla. Estamos buscando eso —dijo sin mencionar la espina dorada.
—Oh, esa es difícil de hallar —comentó Aspen, bajando la mirada mientras su mente analizaba cada palabra.
Mu se dio la vuelta para irse, pero Aspen lo detuvo con una frase que lo hizo tensarse:
—Últimamente pareces más fuerte. ¡Eso es excelente!
Mu respondió rápidamente:
—Probablemente es porque corro con Ah Yu. Tal vez por eso me veo un poco mejor.
—Sí, parece que tu aura también mejoró. Deberías seguir haciendo ejercicio con Ah Yu. Te conviene —comentó Aspen, sonriendo con dulzura.
—Entendido, papá. Lo haré —dijo Mu, marchándose.
Apenas se dio la vuelta, la expresión de Aspen cambió. La amabilidad se desvaneció, reemplazada por una mirada sombría.
…
—Qiao, cuando tengas tiempo, ve al bosque y vigila a Mu. Me preocupa que colapse por seguir tanto a Ah Yu. Averigua qué están buscando exactamente. Si lo sé, podría ayudarles.
—¿Por qué te importa tanto ese inútil? —resopló Qiao, molesto—. ¿Se atreve a ignorarte después de todo lo que haces por él?
—¡Qiao! ¡Es tu hermano! ¡No puedes hablar así! —gritó Aspen, visiblemente molesto.
—¡Ni siquiera es mi verdadero hermano! ¡No tengo por qué ayudarlo!
La bofetada sonó fuerte.
Qiao se quedó atónito. Aspen nunca lo había golpeado antes.
—¡Nunca muestres ese desprecio! ¡Y mucho menos delante de otros! ¿Entiendes?
Qiao asintió, tocándose la mejilla enrojecida.
Aspen suspiró y lo abrazó.
—Tú y yo venimos de la Tribu de la Serpiente. Aunque Bo te haya aceptado, no tienes raíces aquí. Si la tribu nos rechaza, no tendremos a dónde ir. Si eres irrespetuoso con Mu, seremos nosotros los perjudicados.
Qiao lo miró con ojos húmedos.
—Entiendo, papá. No volveré a hacerlo.
—Bien. Entonces mañana ve a ver qué hace Mu.
—¡Iré! —dijo Qiao, con los dientes apretados.
—Pero que no te vean. Si Mu sospecha que lo estoy vigilando, se enojará.
Qiao no se sentía cómodo, pero al ver la cara de su padre, solo pudo asentir.
—Lo haré. No me descubrirán.