Acuerdo de ser gay durante 30 días
Capítulo 1
El señor perfecto de la Universidad F
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30 Días — 001
—Muy bien, a continuación, uno de los chicos más guapos de nuestra escuela nos deleitará con la canción 《过火》— Guo Huo. Es conocido como el Sr. Perfecto de la Universidad F, y se dice que las chicas que lo han visto no pueden evitar enamorarse… a menos que hayan visto también a Zhang Lingyi. Así es, ¡el enemigo natural de lo poco atractivo y el fin de las diosas!
Gritos y vítores estallaron bajo el escenario.
—¡Démosle una gran bienvenida al ‘asesino de corazones’, Wang Guangning!
Justo cuando el presentador Sun Siyang, un joven corpulento y de rostro risueño, terminaba su exagerada presentación, un muchacho alto y encantador, de rasgos tan perfectos que sólo podían describirse como profundos y conmovedores, apareció tranquilamente desde detrás del escenario.
Al pasar junto a Sun Siyang, Wang Guangning lo miró y entrecerró los ojos:
—¿Quién te dio permiso para mencionar a Zhang Lingyi?
Sun Siyang sacó la lengua y se retiró discretamente. Abajo, las chicas gritaban eufóricas.
—¡Wang Guangning!
—¡Wang Guangning!
—¡Wang Guangning!
La situación casi se descontrolaba.
Wang Guangning sonrió con coquetería, hizo un gesto para que todos guardaran silencio y levantó el micrófono. Su voz, cálida y seductora, resonó:
—Gracias a todos por venir. Para la canción de hoy… me gustaría dedicársela a una chica que me gusta.
—¡Waaa! —estalló el público.
Una voz aguda se oyó de repente:
—¿¡Soy yo!?
—Lo siento, pero no lo eres —respondió Wang Guangning con naturalidad, como si estuviera acostumbrado a ese tipo de interrupciones.
La audiencia volvió a enloquecer.
Al notar que todo se estaba descontrolando, Wang Guangning aclaró apresuradamente:
—Esta canción… me gustaría dedicársela a Yu Haining, de la Facultad de Periodismo.
—¡Waaa! —gritaron los presentes justo cuando comenzó la música y la voz de Wang Guangning se fundió con la melodía.
«¿Fui yo quien te prometió demasiado? ¿O simplemente no di lo suficiente?»
Cantaba con gran habilidad, y combinado con sus encantadores rasgos, su expresión afectuosa y pausada, hizo que muchas chicas quedaran hipnotizadas, incluso con el corazón roto.
Mientras cantaba, Wang Guangning miraba al público con aparente serenidad, aunque por dentro se sentía revitalizado.
Perfecto. Con esto, conmoveré a Yu Haining hasta lo más profundo y me ganaré su corazón.
Definitivamente venceré a Zhang Lingyi.
Wang Guangning era alto y apuesto. Incluso tenía un hoyuelo cuando sonreía. Pero lo más importante era que, además de atractivo y con calificaciones sobresalientes, era rico y poseía un carácter refinado.
Era como un ídolo salido de la pantalla convertido en realidad. Aunque en el fondo no era más que un joven algo arrogante y orgulloso, siempre mantenía una imagen elegante y modesta ante los demás. Por eso, desde sexto grado, siempre fue considerado el chico más guapo de la escuela, con innumerables admiradoras y sin rivales reales.
Esa aura lo acompañó hasta la universidad… hasta que conoció al mayor rival de su vida: Zhang Lingyi, del Departamento de Gestión de Recursos Humanos de la Universidad F. Al igual que él, Zhang Lingyi tenía un pasado destacado, con excelente apariencia y reputación. También ostentaba el título de xiao cao¹, y llegó a esta prestigiosa universidad del sur.
Así fue como estos dos jóvenes, conocidos como los únicos xiao cao en sus respectivas etapas escolares, tuvieron que compartir el título en la Universidad F. Algo que ni Wang Guangning ni Zhang Lingyi estaban dispuestos a aceptar. Desde el primer día, nació entre ellos una rivalidad silenciosa.
Si Wang Guangning se unía al sindicato de estudiantes, Zhang Lingyi entraba en la asociación de estudiantes. Si Wang Guangning se convertía en presidente del sindicato, Zhang Lingyi asumía la presidencia de la asociación.
Si Wang Guangning recibía la beca de primer grado del Departamento de Marketing, Zhang Lingyi obtenía la misma distinción en el Departamento de Gestión.
Si hoy la belleza del Departamento de Finanzas le confesaba su amor a Wang Guangning, al día siguiente, la belleza de una universidad vecina invitaba a Zhang Lingyi a un evento.
Ambos competían en todo: desde apariencia, talento, popularidad… hasta el amor. Porque sí, la chica que ambos gustaban era la misma: Yu Haining, la belleza del Departamento de Periodismo
Yu Haining era más joven que Wang Guangning y Zhang Lingyi. Poseía una sonrisa encantadora, una voz dulce y una piel tan blanca como la nieve. En una facultad como la de Periodismo, donde las bellezas eran tan comunes como las nubes, ella aún lograba sobresalir. Estaba dotada de una presencia tan cautivadora que podía, literalmente, «derribar ciudades».
En la final de la competencia universitaria de los diez mejores cantantes de élite de la Universidad F, Yu Haining fue invitada como artista especial. Con una falda de algodón blanca y un violín en brazos, subió al escenario con tranquilidad. Su aura pura y elegante cautivó a toda la escuela.
Para Wang Guangning, quien no consideraba a ninguna chica de la Universidad F a su altura, solo Yu Haining —con sus cualidades excepcionales— era digna de él. Por primera vez, Wang Guangning, acostumbrado a ser el objeto de la admiración femenina, decidió perseguir activamente a una chica.
Pero, inesperadamente, Zhang Lingyi también se interesó en Yu Haining.
Por la mañana, Yu Haining recibía flores de Wang Guangning. Por la tarde, chocolates de Zhang Lingyi. Si Wang Guangning la invitaba a la biblioteca un sábado, Zhang Lingyi la paseaba por el campus el domingo.
Sin embargo, como en todas sus competencias anteriores, estaban perfectamente igualados en su intento de conquistarla.
Yu Haining aceptaba las rosas de Wang Guangning, pero también recibía el chocolate de Zhang Lingyi. Iba a la biblioteca con Wang Guangning, pero también paseaba con Zhang Lingyi. Para otras competencias podían aceptar un empate. Pero con esta chica, ¡eso era inaceptable!
Wang Guangning pensó que simplemente no había encontrado la forma correcta de tocar el corazón de Yu Haining. Pasó casi un día entero navegando en Baidu y Weibo hasta que, finalmente, se le ocurrió la solución perfecta.
Cada diciembre, la Universidad F celebraba un festival nocturno en el gimnasio, donde daban la bienvenida a los nuevos estudiantes y despedían a los antiguos.
Wang Guangning pensó que una confesión pública frente a toda la universidad sería impactante, sincera y emotiva. Creía que con eso eliminaría completamente a Zhang Lingyi. Así que, usando todas las conexiones acumuladas en el sindicato de estudiantes, tejió con cuidado esta oportunidad.
Justo cuando Wang Guangning terminó su canción con ternura, un fuerte ruido interrumpió el ambiente. Sun Siyang subió apresuradamente al escenario.
—¡Estudiantes! ¡Tengo grandes noticias para todos! —exclamó, con el rostro enrojecido por la emoción—. Hace unos momentos, nuestro equipo recibió la solicitud de un estudiante para añadir un programa de último minuto…
Mientras Wang Guangning destapaba su botella de agua, un mal presentimiento le cruzó el pecho.
Y con razón. Sun Siyang, con voz exageradamente temblorosa, anunció:
—Este estudiante comparte el título de xiao cao de la Universidad F con Wang Guangning y ha robado el corazón de miles de chicas… ¡Zhang! ¡Ling! ¡Yi!
Haciendo un gesto con la mano, Sun Siyang dio paso a Zhang Lingyi, quien subió al escenario con una sonrisa. Desde el público estallaron vítores y aplausos.
—Disculpen por tomar esta decisión de improviso —dijo Zhang Lingyi con calma—. Espero no haber arruinado el ambiente. Al igual que Wang Guangning, deseo aprovechar esta ocasión para cantarle una canción a la chica que me gusta. Haining, espero que entiendas lo que quiero decir.
Una nueva oleada de aplausos envolvió el gimnasio. La clara voz de Zhang Lingyi comenzó a resonar en el escenario con la canción 《我的歌声里》– Wo De Ge Sheng Li.
Wang Guangning estaba furioso. ¡Ese era su plan meticulosamente armado! ¿Por qué debía compartir el momento con Zhang Lingyi? Había cosas que se podían tolerar… ¡pero esto no!
—Zhang Lingyi, si eres un hombre, te espero mañana a las tres de la tarde en el campo de césped artificial —escupió Wang Guangning, bloqueando su paso al bajar del escenario.
Fue la primera vez que Wang Guangning y Zhang Lingyi se enfrentaron cara a cara. Aunque su rivalidad era conocida, rara vez interactuaban directamente. Mantuvieron siempre una apariencia de cordialidad, ya que sus respectivos cargos en el sindicato y la asociación de estudiantes requerían trabajar juntos en múltiples actividades.
Pero tras este acto imperdonable de Zhang Lingyi, Wang Guangning decidió dejar atrás su imagen elegante.
Zhang Lingyi alzó el mentón con orgullo.
—Claro. Soy un hombre, así que resolveré esto como tal.
Al día siguiente, a las tres de la tarde, Wang Guangning y Zhang Lingyi llegaron puntualmente al campo de césped artificial. Este campo era, en realidad, uno de los dos estadios de fútbol de la Universidad F. Uno estaba cubierto con césped natural, y el otro —este— con césped sintético.
Dado que este campo artificial estaba ubicado en una zona algo apartada, normalmente no era muy concurrido. Con el tiempo, se convirtió en el lugar predilecto para que los estudiantes de la Universidad F resolvieran sus disputas personales. No importaba cuál fuera el conflicto: si había cuentas pendientes, se ajustaban allí. En ocasiones, con algo de suerte, también se podían ver peleas entre chicas, con jalones de cabello incluidos.
El clima ese día era perfecto para una pelea: el viento soplaba con fuerza, arrastrando las hojas secas en remolinos.
Frente a frente, Wang Guangning era un poco más alto que Zhang Lingyi, aunque más delgado. Zhang Lingyi, por su parte, tenía una complexión más robusta, y su porte no desentonaba en absoluto ante la presencia del otro. El viento agitaba sus ropas, mientras ambos irradiaban una mezcla de orgullo y solemnidad.
—Primero, pongámonos de acuerdo en algo: nada de golpes en la cara —advirtió Wang Guangning entrecerrando los ojos.
—Está bien —respondió Zhang Lingyi con una leve sonrisa.
Pero apenas terminó de hablar, Wang Guangning recibió un golpe directo en el estómago.
—¡Mierda!
Ignorando los insultos, Zhang Lingyi le lanzó una patada. La pelea había comenzado.
Ambos entraron rápidamente en ritmo. Wang Guangning, miembro del club de baloncesto, y Zhang Lingyi, del equipo de atletismo, estaban bien entrenados. Se golpeaban, esquivaban y respondían con igual agilidad.
El resultado era incierto. Wang Guangning recibió varios golpes en el abdomen y frunció el ceño de dolor. Viendo que no podía seguir así, aprovechó un descuido y le propinó una fuerte patada a Zhang Lingyi, arrojándolo al suelo. Sin darle respiro, se montó sobre él y le soltó un puñetazo directo al rostro.
—¡Joder, me pegaste en la cara!
Furioso, Zhang Lingyi lo hizo rodar, lo tiró al suelo y le devolvió el golpe en la cara. El pacto había sido roto.
Ambos se detestaban profundamente, especialmente porque se decía que sus rostros eran igual de perfectos. Esa comparación constante les provocaba un resentimiento intenso.
Hasta entonces, habían mantenido una imagen de caballeros. Pero ya sin reglas, solo querían desfigurarse mutuamente.
Los golpes resonaban en el campo:
—¡Ah! ¡Me pegaste en el ojo!
—¡Cabrón, pateaste a mi hermanito…!
—¡Joder, si vuelves a darme en la nariz, no me contendré…!
—¡Atrévete…!
La pelea duró más de dos horas, hasta que ambos terminaron tirados en el suelo, jadeando. Sus rostros eran un mapa de hematomas multicolores. Estaban tan agotados que, aunque quisieran moverse, no podían.
—Esto… no ha terminado… espera a que laozi recupere el aliento y peleamos otra vez —dijo Wang Guangning entre respiraciones. Aunque intentaba sonar decidido, sus ojos estaban perdidos en el cielo.
Zhang Lingyi, apenas capaz de hablar, respondió:
—Está bien… luego… laozi va a romperte ese… hermanito…
Después de eso, un largo silencio reinó en el campo. El viento silbaba, y el área vacía se sentía aún más desolada al anochecer. Solo sus jadeos rompían la quietud.
—Cariño, ¿por qué llegaste tan tarde? Me hiciste esperar tanto tiempo~ —dijo de pronto una voz femenina, dulce y coqueta.
—Solo me retrasé un poco… ya sabes que tengo cenas de negocios casi todos los días. Acabo de terminar de beber con el alcalde, estábamos hablando de un proyecto de cien millones… —La voz del hombre era ronca, claramente afectada por el alcohol y el tabaco.
Wang Guangning y Zhang Lingyi se miraron, el corazón encogido. Luego, casi por instinto, se levantaron con sigilo y avanzaron hacia la fuente de las voces. Fuera del campo, junto a una cerca de alambre, había un camino asfaltado. Por lo apartado del lugar, era raro que pasara alguien, y mucho menos vehículos.
Se escondieron detrás de una esquina y espiaron.
A un lado del camino, había estacionado un Mercedes-Benz lujoso. Junto al auto, un hombre gordo, calvo y con aspecto vulgar tenía su mano completamente sobre el trasero de Yu Haining.
Ella tenía la espalda vuelta hacia los chicos, así que ambos pudieron ver claramente cómo el hombre la manoseaba.
Haciendo un puchero coqueto, Yu Haining le dio una palmada en el brazo:
—Eres tan malo. Dijiste que me llevarías contigo a discutir ese proyecto, ¿cómo pudiste ir solo?
—Ah, eres demasiado hermosa… si el alcalde se enamora de ti, ¿qué haría yo? —dijo el hombre mientras le pellizcaba el trasero.
—Escuché que eres bastante popular en tu universidad. Anoche, incluso hubo dos xiao cao que se pelearon por ti, ¿no es así?
Yu Haining rió, su voz clara como una campana de plata.
—Cariño, ¿todavía no me entiendes? A mí solo me interesan hombres maduros y estables como tú, no esos jovencitos ingenuos.
—Lo sé, lo sé… los niños no tienen ni un centavo —replicó el hombre. Luego la condujo hacia el auto—. Vamos, ya reservé una habitación en el Di Hao esta noche. Tienes que acompañarme como se debe.
El Di Hao era un hotel de cinco estrellas, muy conocido en la ciudad.