El esposo Omega idol del CEO

Capítulo 8


La melodía fluía como un arroyo cristalino, llevándolo hacia un cielo estrellado, como si las estrellas le susurraran al oído.

Un estilo completamente distinto a la música de este mundo.

—¿Será alguna de las partituras que vendí antes?

Bai Yan se quedó atónito por un momento. ¿Acaso el músico que las compró había cedido los derechos? ¿O tal vez el mismo pianista era uno de los participantes en esta celebración?

Aunque aquella partitura la había compuesto para una clase de teoría musical familiar, la había trabajado con esfuerzo y dedicación.

Bai Yan cerró los ojos y escuchó en silencio, con una leve sonrisa.

La misma pieza, pero en manos de este pianista, tenía un sabor distinto al suyo.

Sin mirar hacia abajo, ya podía imaginar la figura absorta y ágil del intérprete: alguien que realmente amaba la música podía volcar su alma en cada nota.

Cuando la pieza llegó a su fin, Bai Yan exhaló con emoción y abrió los ojos. Esa era su gran diferencia con este pianista: él nunca se había atrevido a poner verdaderos sentimientos en su música.

Una nueva pieza comenzó a sonar abajo, pero Bai Yan no prestó atención. Se concentró y presionó el enchufe contra la fuente de energía.

—¡Zi-la!

Un destello blanco plateado chispeó. En el panel de instrumentos de la sala de distribución, las luces comenzaron a girar violentamente, como si fueran a romperse.

Bai Yan dio un paso atrás, observó las luces parpadeantes y chasqueó la lengua.

—Menos mal que elegí este momento —murmuró—. Si alguien estuviera cerca, seguro vendrían por la conmoción.

Según los cálculos del cerebro, en unos diez minutos el terminal se recargaría completamente con esa fuente de energía.

Sin embargo, solo habían pasado cinco minutos cuando el panel empezó a emitir un zumbido fuerte. Un instante después, todo se oscureció repentinamente.

Las luces y el sistema de sonido se apagaron de golpe, y el escenario de abajo quedó en silencio total.

Bai Yan miró el cielo nocturno a través de la ventana y dejó escapar un silbido:

—Ups… parece que me pasé.

Como actor clave en el mercado nacional del entretenimiento, Brilliant Star Media había planeado una gala del décimo aniversario a lo grande.

Asistieron periodistas, tanto conocidos como independientes, así como representantes de múltiples plataformas de entretenimiento. Grandes espacios digitales transmitían el evento en directo. Celebridades y figuras del espectáculo se peleaban por tener una aparición destacada.

Brilliant Star ya había advertido que presentaría su nuevo grupo de idols durante la gala, y todos sabían que el clímax del evento sería el número de baile grupal.

Antes de eso, el solo del pianista Shi Boshang había captado la atención de todos.

Shi Boshang había trabajado durante años en Viena, considerada la meca de la música. Esta vez regresó a China especialmente para esta gala. Todos creían que tocaría alguna de sus piezas más célebres, pero, sorpresivamente, interpretó una obra completamente desconocida.

La música era melodiosa y encantadora. El ritmo y las notas eran completamente diferentes al estilo habitual de Shi Boshang. Transportaban al oyente a un cielo estrellado, dejando a todos asombrados.

Aunque inesperada, la pieza conquistó a todos gracias a la interpretación magistral del pianista. Ya fuera en vivo o por streaming, todos quedaron inmersos en la melodía sin poder despegarse.

Al finalizar, estallaron aplausos atronadores.

—Escuché que el Sr. Shi había estado estancado estos dos años y buscaba una nueva dirección. ¿Será esta su obra más reciente?

—En realidad, no. Según el anuncio previo, el compositor de esta pieza es anónimo.

—Un estilo completamente diferente del sistema musical contemporáneo… ¿quién será este genial compositor?

—Qué lástima que haya decidido mantenerse en el anonimato. Con esta presentación, habría saltado a la fama de inmediato.

—La interpretación del Sr. Shi también fue impresionante. ¿Por qué un artista de su nivel vino a esta gala?

—¿No lo sabías? El Sr. Shi es tío del Sr. Jiang.

—¿Jiang Zhan, el presidente de Brilliant Star?

—No, Jiang Zhan del Grupo Xinghai.

Brilliant Star Media era una filial del Grupo Xinghai. Este último se hizo conocido como una empresa tecnológica y, con el tiempo, expandió su negocio a varios sectores, incluyendo el entretenimiento.

Como cabeza visible del grupo, Jiang Zhan no apareció en el evento.

El olor a fuegos artificiales, el sudor y los perfumes mezclados entre la multitud eran una tortura para alguien como él, obsesionado con la limpieza. Así que se refugió en una sala privada del edificio de oficinas.

Tras desinfectar y purificar el ambiente, se sentó a revisar documentos del grupo mientras seguía la transmisión en vivo en una pantalla cercana.

Justo cuando terminó de procesar un archivo, todo se apagó de golpe.

La pantalla enmudeció. Jiang Zhan se frotó la frente, molesto.

No había guardado el documento.

—Con una gala tan importante, todo debería haber estado previsto. ¿Cómo pudo haber un apagón? —murmuró entre dientes.

Se levantó, caminó hacia la ventana y frunció el ceño al observar la oscuridad en la plaza, donde apenas se distinguían algunas barras fluorescentes brillando.

—Mañana, los titulares no sabrán ni por dónde empezar —pensó.

En ese momento, al alzar la vista hacia el edificio de enfrente, su expresión cambió de repente.

Sacó el teléfono y llamó al secretario Fang.

Apenas se conectó la llamada, Fang le informó:

—Sr. Jiang, ya ordené activar la fuente de energía de respaldo. Estará funcionando en diez minutos. Aún investigamos la causa del fallo.

Pero Jiang Zhan lo interrumpió con voz profunda, sin apartar la mirada de la ventana:

—El techo del Edificio N° 5. Alguien está a punto de saltar.


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