El gran zorro es esponjoso y adorable
Capítulo 18
Lin Su y Su Jin siguieron a la guía de compras hasta el mostrador de pago. Cuando Lin Su terminó el pago, la guía dijo al personal del cajero:
—Todavía queda una lotería.
El cajero, atónito, murmuró:
—¿En nuestra tienda? ¿Desde cuándo?
La guía de compras golpeó suavemente el mostrador:
—Es por la promoción de liquidación…
El cajero levantó la vista hacia Lin Su con una expresión de incredulidad. Al notar la mirada, Lin Su parpadeó:
—¿Hay algún problema?
—No, ninguno. Voy a activar el canal de la lotería ahora mismo —respondió el cajero, reprimiendo su conmoción. Jamás pensó que la cama más olvidada de la tienda, sin vender en tres años, terminaría comprada por una joven tan hermosa y educada.
—Mira la pantalla y elige un número que te guste. El evento incluye premios como el cerebro tipo muñeca de Cl, un set de cama de seda, una entrada para un espectáculo de luces y sombras, o una tobillera con campanilla como premio de consolación. Escoge un número y veamos qué premio obtienes.
Lin Su observó los números en la pantalla. Al ver que el número 25 tenía el premio “Cerebro tipo muñeca”, sonrió:
—Este parece bueno.
La guía de compras se puso nerviosa. ¡Bueno era poco! ¡Era excelente!
Ese modelo se lanzó el mes pasado, con solo mil unidades disponibles para todo el imperio. Aunque no tan caro como un casco holográfico, su precio accesible lo hacía extremadamente deseado.
La tienda había recibido solo una unidad gracias a un acuerdo especial con la marca. La habían escondido en la promoción de camas antiguas, sin anunciarla, esperando que nadie la descubriera. Pero ahora no solo habían vendido esa cama olvidada, ¡sino que además alguien se llevó el gran premio!
Lin Su acordó el horario de entrega y fue a recoger el premio. Luego, al salir de la tienda con Su Jin, vio una joyería al otro lado de la calle. Tiró suavemente del brazo de su padre:
—Padre, iré un momento a esa tienda. Después iremos al centro comercial por ropa.
Frente al mostrador de la joyería, Lin Su observó una campanilla dorada atada con una cuerda roja. Recordó que desde que se había emparejado con William, aún no le había dado ningún regalo formal. Antes no tenía recursos, pero ahora, con algo de dinero, era momento de hacerlo.
La vida necesita rituales, pensó. Y una campanita en los pies de William, en su forma de media bestia, debe verse adorable.
La tienda tenía campanillas listas para usar. Lin Su compró tres, por un total de 1,500 monedas bestia. El maestro artesano también se encargó de atar las cuerdas.
Cuando recibió el producto terminado, Su Jin lo miró con una sonrisa:
—¿Es para William?
—Sí —respondió Lin Su con una sonrisa generosa.
—Le gustará, se ve muy bien.
Su Jin pensaba que Lin Su había llevado a William a casa por lástima, pero ahora comprendía que había algo más profundo. Temía que William fuera una carga para su hijo, pero después de ver lo que Lin Su había hecho con Kane, tenía fe en que también curaría a William. Si Lin Su era feliz, él siempre lo apoyaría.
—Vamos por ropa —sugirió Lin Su.
—¡Vamos de compras! Te compraré ropa a ti y a William. ¡Ahora tenemos suficiente!
Su Jin quiso negarse, pero Lin Su fue más rápido. Le eligió ropa, lo hizo probarse varias, y compraron sin escatimar. No tenían otros gastos, así que era justo disfrutar lo que habían ganado.
De regreso, Su Jin iba sentado en el cubo del triciclo, cargado de bolsas:
—¿Estás cansado? ¿Quieres que baje y camine un rato?
—No te preocupes. ¡Incluso si el padre masculino se subiera también, podría moverme! ¡Estoy muy fuerte ahora!
Su Jin rió:
—¡Sí, sí, nuestro pequeño Su es muy fuerte! Pero si te cansas, me avisas.
Lin Su, gracias a su buena alimentación reciente, estaba más fuerte que nunca. Su Jin tampoco pesaba tanto, así que el viaje fue fácil.
Esa mañana ya se había corrido la voz en la Granja No. 13 sobre la venta de frutas y verduras purificadas de la familia Lin, y sobre el arresto de la familia Chi Ran. Todos estaban curiosos sobre cuánto habían ganado. Al atardecer, Lin Su y Su Jin regresaron por el camino de siempre, atrayendo muchas miradas.
—¿No es esa la familia Lin Su?
—¡Llevan muchas cosas!
—¡Quién iba a decir que mejorarían tanto!
Al ver a Su Jin cargado de bolsas, muchos se sorprendieron. El cambio en su situación era evidente. Algunos hasta se lamentaban:
¿Por qué esa habilidad purificadora no me tocó a mí?
Lin Su ignoró las miradas. Desde que mostró su habilidad, era imposible pasar desapercibido. Pero ¿por qué debería esconderse? Tenía dinero y una familia que cuidar.
Su Jin, por su parte, no estaba acostumbrado a tanto escrutinio. Sujetaba las bolsas con fuerza, temeroso de dejarlas caer.
Al llegar, encontraron el triciclo bloqueado. Dejaron las cosas dentro y entraron. William los miraba desde dentro, con una expresión algo expectante.
Lin Su sonrió:
—¿Qué pasa? ¿Adivinaste que te cambiaría la cama?
William asintió. Sus orejas temblaron ligeramente por el movimiento, y eso hizo que Lin Su recordara la campanilla. Buscó entre las bolsas:
—Además de la cama, también te compré ropa… y un regalo.
Sacó una caja de brocado rojo y se arrodilló frente a William. Sus ojos se curvaron al sonreír, con hoyuelos marcados en sus mejillas. No abrió la caja de inmediato:
—Aquel día, cuando me aceptaste, no tenía nada para darte. Te dije que cuando tuviera dinero te compensaría. Hoy salí, vi esta joya y pensé: “Como nuera que eres, debes tener algo de oro”. Ya que no puedes moverte mucho ahora, me encargaré de estas cosas por ti. Cuando estés mejor, podrás usar mi dinero para comprarte lo que quieras.
Habló con un rubor evidente en las mejillas, sus oscuros ojos de gato brillaban. Bajó la mirada, abrió la caja y le mostró la campanilla dorada.
—¿Qué te parece? ¿Te gusta?
El autor tiene algo que decir:
Lin Su: ¿Soy el mejor esposo del mundo? ^_^