Cómo es tener un amante celoso

Capítulo 3


Xie ZhiNan estaba realmente estupefacto con esa pregunta.

Respondió medio en broma:

—Si no estuviera seguro de no tener una hermana menor, habría dudado que quisieras ser su casamentera.

La otra parte replicó al instante:

—¡No lo soy! ¡Yo no!

Siguió un emoji de rubor.

Xie ZhiNan rió y escribió:

—Ya es tarde, ve a dormir.

La respuesta fue inmediata:

—¡Está bien, hermano ZhiNan!

En los días siguientes, “No se dirige al norte” comenzó a escribirle todos los días, contándole sus experiencias cotidianas. Al mismo tiempo, Xie ZhiNan se enteró, a través de su compañero de cuarto Fan WenZhi, de que He JiHuai era el “principito” del departamento de música: versátil, talentoso con muchos instrumentos y candidato a “Césped Escolar” de la Universidad S.

—¿Candidato a césped escolar? —repitió Xie ZhiNan, divertido—. ¿Todavía tenemos esas cosas aquí?

Fan WenZhi se peinó frente al espejo mientras respondía:

—¿Qué tiene de raro? Aunque es una selección no oficial, no es fácil ser nominado. Todos en esa lista son pesos pesados.

Luego se volvió hacia él y añadió con una sonrisa:

—Pero lo más inesperado es que tú, la escoria gentil, también estés nominado.

Xie ZhiNan no comentó sobre ese apodo. Sonrió con gentileza y abrió un libro para repasar.

Normalmente, Xie ZhiNan no prestaba atención a los demás, pero He JiHuai era la excepción.

Desde aquel incidente en clase de matemáticas, parecía que lo veía con más frecuencia. En el curso público donde se mezclaban especialidades, tenía sentido. Incluso podía pasar que He JiHuai asistiera por admiración hacia el profesor de inglés. Pero verlo en una conferencia de informática…

Xie ZhiNan giró la cabeza y se encontró con los ojos de He JiHuai, que no alcanzó a apartar la mirada a tiempo.

Ese día, He JiHuai estaba especialmente arreglado. Su peinado de capas y un toque de perfume lo hacían ver muy refinado. Llevaba gafas, dándole un aire más obediente.

Xie ZhiNan no sabía si fue su mirada la que puso nervioso a He JiHuai, pero este se tocó la oreja, visiblemente incómodo. Solo entonces notó que las delicadas orejas del chico estaban ligeramente rojas.

—Lo siento —dijo Xie ZhiNan.

—¡Está bien, hermano ZhiNan! —respondió He JiHuai con rapidez.

Xie ZhiNan quedó perplejo.

—¿Eh?

He JiHuai había respondido demasiado rápido, casi de forma automática. Y de repente, un pensamiento absurdo cruzó la mente de Xie ZhiNan: ¿Podría ser que “No se dirige al norte”, con quien habla todos los días, no fuera una chica… sino He JiHuai?

La idea era perturbadora, pero… tenía sentido.

He JiHuai se cubrió la boca con fuerza, atrayendo la atención de varios estudiantes.

Los murmullos comenzaron a recorrer el aula.

Como solo quedaban dos minutos para que iniciara la clase, Xie ZhiNan no siguió el tema. Sonrió con suavidad y dijo:

—La maestra llegará pronto. Será mejor que te sientes. Si no, podrías meterte en problemas.

Su tono apacible calmó un poco el nerviosismo de He JiHuai. Este se sentó lentamente, mirando hacia el frente… pero en realidad, su atención volvía una y otra vez a Xie ZhiNan.

Pensaba: Xie ZhiNan es tan atractivo… se ve tan serio y sexy… y tan gentil. Me gusta tanto.

Xie ZhiNan, por su parte, aún era muy joven. No comprendía que en este mundo los chicos también podían enamorarse de otros chicos. Solo notaba que la actitud de He JiHuai hacia él era… extraña.

No entendía del todo la mirada con la que He JiHuai lo observaba después de clase. Una mezcla entre ternura y fascinación, como si estuviera viendo al amor de su vida.

En lugar de preguntar directamente, Xie ZhiNan solo asumió que el “principito de la música” tenía pasatiempos particulares.

No fue hasta la siguiente clase de matemáticas avanzadas que apareció la verdadera He Shi, quien se lanzó sobre Xie ZhiNan y exclamó:

—¡Dios! No te he visto en dos semanas. ¡Te extrañé mucho!

Xie ZhiNan se rió:

—También hace mucho que no te veía. Tu piel ha mejorado bastante.

En ese momento, detrás de He Shi, apareció He JiHuai. Al escuchar la conversación, su expresión cambió de rojo a naranja, luego a amarillo, verde, azul y violeta… toda una gama emocional.

Sus labios se movieron, y al cabo de un rato, preguntó con voz compleja:

—¿Ustedes… se conocen?

He Shi, que no tenía idea de lo ocurrido anteriormente, respondió sin dudar:

—¡Claro! Hermano, este es el estudiante de informática del que te hablé en el sindicato estudiantil. ¡El dios del estudio!

He JiHuai: —…

Después de una pausa larga, agarró a He Shi del brazo:

—Ven conmigo.

—¿Qué pasa? ¡Hermano, tengo que entrar a clase! —protestó ella mientras la arrastraba fuera del aula—. ¡Hermanooo!


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