Cómo es tener un amante celoso
Capítulo 1
A las seis de la tarde, el sol feroz apartó sus garras y dientes, volviéndose suave y tierno. El resplandor del atardecer caía cálidamente sobre la calle.
Xie ZhiNan caminaba entre la multitud. Tenía una cita con He JiHuai para ir al cine esa noche.
De repente, alguien le puso un micrófono frente al rostro. Xie ZhiNan alzó la vista y vio a una joven con peinado a la francesa y rostro ovalado. Llevaba un maquillaje delicado y una falda larga con estampado floral. Sonreía amablemente.
—Hermanito, ¿puedo entrevistarte?
Xie ZhiNan se acomodó las gafas y respondió:
—Sí.
Xie ZhiNan tenía unos ojos claros y brillantes, parecidos a pétalos de flor de pera. Las comisuras de su boca se curvaban naturalmente hacia arriba, como si siempre estuviera sonriendo. Su aspecto juvenil e inocente lo hacía parecer un caballero joven. Ahora, al observarlo más de cerca, la sonrisa en sus ojos se volvía más marcada, provocando que la entrevistadora se sonrojara ligeramente.
—Tos —la joven se aclaró la garganta—. Hermanito, ¿cómo crees que es tener un amante celoso?
—¿Un amante celoso? —repitió Xie ZhiNan, arqueando las cejas con una expresión ambigua.
La joven se quedó absorta. En su mente se repetía: No caigas en la tentación. Mantente firme. Pero era difícil.
Xie ZhiNan pensó un momento y sonrió:
—Probablemente… una pequeña y dulce carga.
La joven se sorprendió. ¡Esa respuesta oculta algo! ¡Debe haber chismes!
Se preparaba para hacer otra pregunta cuando, de pronto, alguien llegó como una ráfaga de viento y rodeó a Xie ZhiNan con los brazos.
Una voz clara y encantadora sonó:
—Lo siento, señorita, pero no puede escanear el código QR de mi NanNan ~
La joven parpadeó, sorprendida por el nuevo rostro frente a ella: piel blanca, piernas largas, rasgos delicados… ¡Otro hombre guapo!
━
Xie ZhiNan y He JiHuai eran estudiantes de la Universidad de la Ciudad S. Sin embargo, uno estudiaba informática y el otro música. Sus caminos no se habrían cruzado de no ser por una coincidencia.
Todo comenzó durante una clase de Matemáticas Avanzadas en su primer año.
En la Universidad de S City, los estudiantes podían elegir libremente a sus profesores. Por eso, aunque fueran del mismo curso, no siempre coincidían en las clases.
La ventaja era que si el profesor no pasaba lista, uno podía quedarse durmiendo en el dormitorio sin ser detectado. Sin embargo, el profesor de Xie ZhiNan era una excepción.
Era un hombre de poco más de treinta años, apasionado por la enseñanza. En cada clase de 40 minutos hacía múltiples preguntas, incluso llamando a los alumnos por su nombre.
Había unos 80 estudiantes en la clase y la mitad salía golpeada por su exigencia.
Fue en esa clase donde Xie ZhiNan conoció a He JiHuai.
El profesor formuló una pregunta compleja. El aula quedó en silencio. Entonces, miró su lista con picardía y eligió:
—He Shi, responde tú.
Hubo un silencio tenso. El profesor repitió:
—He Shi, ¿estás ahí?
Después de unos segundos, una figura se levantó lentamente en la última fila.
—Chica… eres bastante alta —comentó el profesor, generando risas.
Xie ZhiNan, que estaba en la tercera fila, miró hacia atrás. Vio a una “chica” alta, de al menos 1.80 metros, con cabello negro espeso cubriéndole el rostro. Cabeza gacha, parecía avergonzada.
—Profesor, no puedo —dijo en voz baja.
Xie ZhiNan lo entendió: la verdadera He Shi no había venido. Esa persona la estaba suplantando.
—¿Qué dijiste?
—Profesor, no puedo —repitió.
—Habla más alto.
El profesor bajó del estrado. Estaba por descubrir la verdad cuando Xie ZhiNan se puso de pie:
—Profesor, déjeme intentarlo.
Su voz fue clara y serena. Los compañeros lo miraron sorprendidos.
—Creo… —Xie ZhiNan se quitó las gafas con calma—. Creo que la pregunta se puede responder así, aunque hay detalles que aún no comprendo del todo.
Con esa intervención, el profesor olvidó a “He Shi” y miró a Xie ZhiNan con aprobación.
—¿Cómo te llamas?
—Xie ZhiNan.
El profesor sonrió y le palmeó el hombro:
—No está mal. Buena participación.
Xie ZhiNan se sentó tranquilo. El “He Shi” falso también volvió a su asiento, aliviado.
No esperaba recompensa alguna, solo había ayudado. Pero, al salir de clase, una figura alta lo interceptó.
Era un chico de labios rojos, dientes blancos y rasgos perfectos, vestido con una camiseta holgada.
Se rascó la cabeza, claramente nervioso, y dijo:
—Uhm… Chico guapo, a mi hermana menor, He Shi, le gustaste. Me pidió tus datos de contacto.
Sus compañeros se alborotaron de inmediato.
Xie ZhiNan mostró una sutil sonrisa. Sacó su teléfono, buscó su nombre en la lista de contactos y le mostró su código QR.
El chico lo escaneó. La foto del perfil era la de una chica sencilla.
—Gracias —dijo el chico, sonriéndole.
Xie ZhiNan asintió, tomó su libro y se fue.
Mientras caminaba, pensó distraídamente: Tal vez este chico no lo sabe, pero yo sí conozco a su hermana He Shi.